La urgencia de iniciar inversiones en IA, antes que las barreras de entrada sean insalvables

Por José Miguel Guzmán, co founder de Whitestack.

La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo la forma en que las empresas y prontamente los países, toman ventajas competitivas en una economía globalizada que desde hace algunos años estaba frenada en aquellas regiones con baja inversión en educación e I+D. La IA puede (al menos temporalmente) emparejar la cancha, dándole a América Latina la posibilidad de aumentar la eficiencia de sus industrias críticas, siempre y cuando, la región pueda revertir su barrera crítica: la falta de infraestructura local capaz de ejecutar modelos de IA de manera eficiente y segura.

Mientras la demanda por IA crece, la mayoría de los modelos que hoy impulsan sectores clave en la región dependen de infraestructura cloud global, lo que genera altos costos, latencias que impactan la respuesta en tiempo real y riesgos en privacidad y soberanía digital. Sin una estrategia de autonomía tecnológica, seguirán dependiendo de terceros para procesar datos sensibles y desarrollar innovación local.

La urgencia de abordar este desafío es evidente al analizar el contexto global. Estados Unidos planea invertir 500.000 millones de dólares en IA en los próximos años, mientras que la Unión Europea ha comprometido más de 300.000 millones de euros. En contraste, Latinoamérica aún carece de inversiones estratégicas que garanticen su competitividad en esta revolución tecnológica.

En nuestra región el panorama es diverso. Si bien ningún país latinoamericano aparece en el  Top 30 de Global AI Vibrancy Ranking (de la Universidad de Stanford), Chile, Brasil y Uruguay lideran el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024), destacándose en infraestructura y gobernanza digital, lo que les permite avanzar en la implementación de IA en sectores clave. Chile ha planteado en su Plan Nacional de Datacenters, la construcción de capacidad de cómputo para IA. En contraste, México exhibe avances en investigación y adopción, pero enfrenta deficiencias regulatorias, mientras que Perú cuenta con un marco normativo estable, aunque aún debe fortalecer su capacidad de innovación.

La seguridad y la infraestructura son preocupaciones globales. Según un informe de MIT Technology Review Insights, el 59% de las empresas identifican la gobernanza, la privacidad y la protección de datos como su mayor desafío en cuanto a la IA, seguido por la calidad y la actualidad de la información (53%), junto con su integración (48%). Además, solo el 13% de las compañías a nivel mundial se considera realmente preparada para operar en la nube, lo que evidencia una brecha tecnológica que limita la escalabilidad y el uso eficiente de estas soluciones.

Para reducir estas brechas, Latinoamérica debe apostar por soportes digitales cómo la infraestructura de cómputo, que aseguren autonomía y control sobre sus datos estratégicos. Aquí es donde los clouds locales se convierten en una solución clave. A diferencia de las nubes públicas, las privadas permiten procesar modelos de IA con mayor eficiencia, menor latencia y un estándar de seguridad superior, aspectos fundamentales para sectores críticos como salud, finanzas y gestión pública.

Entre los beneficios de los clouds locales en IA destacan:

  • Soberanía digital: permite a los países y empresas mantener control sobre datos sensibles sin depender de infraestructuras extranjeras.
  • Menor latencia: procesamiento de IA más rápido y eficiente, clave para aplicaciones que requieren respuesta en tiempo real.
  • Reducción de costos a largo plazo: evita la dependencia de nubes públicas globales, que pueden encarecer la operación de modelos de IA.
  • Seguridad y cumplimiento normativo: asegura que los datos procesados cumplan con las regulaciones locales y protejan la privacidad de ciudadanos y empresas.

Por otro lado, la gobernanza digital será un factor determinante. Los países de la América Latina deben establecer marcos regulatorios que equilibren seguridad y competitividad, garantizando la privacidad de los datos sin frenar la innovación. Chile ya ha dado pasos en esta dirección con un proyecto legislativo alineado con la normativa europea, marcando un camino a seguir para el resto de la región.

Como en casi todas las tecnologías que han impactado la economía en la era del Internet, la clave para tener relevancia en alguno de estos espacios es desarrollar las habilidades técnicas. Afortunadamente, el mundo vive una era de apertura tecnológica donde una empresa latinoamericana tiene acceso a prácticamente la misma información que una europea o norteamericana, por lo que las barreras están más relacionadas con las políticas de inversión.

Si Latinoamérica quiere posicionarse no como un líder, sino al menos como un actor presente en la revolución de la IA, debe invertir en infraestructura local, establecer regulaciones inteligentes y priorizar el avance de capacidades tecnológicas propias. Las decisiones que tomemos hoy definirán si la región será parte de  esta transformación o si, una vez más, la verá de lejos, dependiendo de soluciones extranjeras para su desarrollo digital.