El panorama de inversión de los latinos en Estados Unidos es tan diverso como sus propias comunidades; dependiendo del estado en el que residen, las preferencias de inversión varían significativamente, influenciadas por factores económicos locales, demografía y las oportunidades de mercado.
Según cifras de Statista, la población hispana en Estados Unidos superó los 63 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente el 59% proceden de México; la segunda y tercera posición del ranking eran para dos países caribeños, Puerto Rico y El Salvador. Además, actualmente uno de cada cinco estadounidenses es de origen latino, según la Oficina del Censo de Estados Unidos. En 2060 se espera lo sea uno de cada cuatro, hasta sumar 119 millones.
Los latinos invierten en una cantidad diversa de emprendimientos cuando emigran a Estados Unidos. De acuerdo a un relevamiento de Canero Fadul Reis, estudio de abogados que brinda asesoría en inmigración, los tipos de negocios más elegidos son las franquicias, replicar el mismo negocio que tenían en su país de origen, seguido por restaurantes y servicios de alimentación, comercio minorista, construcción y, por último, tecnología e innovación, con un enfoque muy fuerte en California. Asimismo, los solicitantes de visas de inversión suelen tener entre 30 y 62 años.
De hecho, los residentes latinos en la Florida suelen invertir en gastronomía, turismo y servicios de salud. Quienes viven en California optan por tecnología, servicios profesionales y educación. Y, en tercer lugar, los que están ubicados en Texas se dedican mayormente a las inversiones en bienes raíces, construcción y energía.
Ahora bien, para emigrar legalmente a Estados Unidos, existen diferentes tipos de visas. Las más solicitadas, según Canero Fadul Reis, son las siguientes:
Visa E-2 (Visa de Inversionista por Tratado): Requiere una inversión sustancial en una empresa activa y operativa, de entre $150,000 y $500,000 e incluye cónyuge e hijos menores de 21 años. Mirtha Fadul, socia del bufete aclara que “la ley no establece un monto mínimo o máximo, pero por práctica y experiencia sugerimos una inversión que oscile entre estos montos.”
Visa EB-2 (National Interest Waiver): Para profesionales con un título avanzado o habilidades excepcionales. No requieren una inversión monetaria específica. No requiere empleador, conduce a la residencia permanente e incluye cónyuge e hijos menores de 21 años.
Visa L-1 (Transferencia de Ejecutivos o Gerentes): Para ejecutivos transferidos dentro de la misma compañía. No requieren una inversión monetaria específica. Incluye cónyuge e hijos menores de 21 años.
Visa EB-5 (Visa de Inversionista Inmigrante): Requiere una inversión mínima significativa de $1 millón (o $900,000 en áreas de empleo objetivo) y la creación de al menos 10 empleos a tiempo completo para trabajadores estadounidenses. Es la vía más directa a la residencia permanente.
«Lograr tu sueño americano es más alcanzable de lo que crees. Hay varias oportunidades para ingresar al mercado estadounidense sin necesidad de gastar mucho dinero o poseer un talento único. A veces, simplemente se reduce a tener una idea de negocio. No necesitas que un miembro de tu familia o un empleador peticione por ti. Por eso es crucial consultar con abogados de inmigración especializados», comenta María Eduarda Reis, socia y abogada especialista en inmigración de Canero Fadul Reis Law.