- La participación femenina en cargos de alto mando en las empresas del mercado de valores conforma solo el 12.8%, según WomenCEO Perú, Centrum y PWC.
Pese a los esfuerzos en materia de reducción de las brechas de género en los últimos años, la presencia de la mujer dentro del comité directivo de las compañías peruanas continúa siendo un desafío significativo. Las barreras culturales, los estereotipos de género y políticas inclusivas con poca solidez, han dificultado que las mujeres altamente calificadas ocupen puestos de liderazgo.
Según el último estudio de Mujeres en Directorios de las Empresas del Mercado de Valores, evidencia una lentitud preocupante en los avances de la participación de la mujer en cargos de alta dirección, que revela un avance de apenas un 5% en el transcurso de 10 años.
Inés Althaus, Chair de Vistage Perú, observa que la limitada representación femenina en los directorios de empresas en el Perú es un problema multicausal.
«Uno de los factores determinantes es la persistencia de sesgos de género en la sociedad, que privilegia los roles tradicionales asignados a las mujeres y el otro factor es el denominado «retraso profesional», que enfrentan las mujeres que deciden ser madres, viéndose obligadas a posponer el desarrollo de sus carreras», sostuvo Althaus.
Este escenario no solo perpetúa la desigualdad, sino que también limita la diversidad de perspectivas y experiencias necesarias para un liderazgo y toma de decisiones eficaz que avale un crecimiento sostenible de las organizaciones.
De acuerdo a un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las empresas presididas por mujeres reportan un aumento del 20% en su rentabilidad. Además, las mujeres en las altas esferas corporativas tienen mayor apertura al apostar por la innovación, creatividad y generar una mejor reputación de sus organizaciones.
Teniendo en cuenta el aporte invaluable del liderazgo femenino, Althaus enfatizó que, para lograr una mayor presencia de mujeres en cargos directivos, es fundamental posicionar este tema en la agenda pública y empresarial para cambiar mentalidades a través de la educación, las líneas de carrera equitativas y voluntades políticas y empresariales de cambio.
“Los primeros niveles educativos son esenciales para derribar sesgos estructurales como los estereotipos y prejuicios de género que, a fin de cuentas, limitan la igualdad de oportunidades en cualquier entorno de la vida profesional», acotó la asesora de Vistage.
Liderazgo con perspectiva de género
Este estilo de liderazgo incorpora conscientemente la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el ámbito corporativo. El estudio citado de la OIT también señala que una participación activa de las mujeres en directorios impulsa a la contratación de mujeres para puestos intermedios y superiores, siendo un indicador positivo para romper el techo de cristal y promover ascensos equitativos.
Por ello, Althaus señala cómo el liderazgo con perspectiva de género puede contribuir a reducir las brechas e inequidades que enfrentan las mujeres actualmente en el ámbito corporativo:
- Fomenta el liderazgo inclusivo, que permite que más mujeres integren puestos de responsabilidad en la empresa.
- Promueve la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
- Crea un clima laboral más tolerante con la diversidad de perspectivas, valorando al otro de manera legítima.
- Establece líneas de carrera justas, con los mismos criterios de mérito, tanto para hombres y mujeres.