Liderazgo femenino en tecnología

Uno de los mayores desafíos para las mujeres en la industria tecnológica no es solo la falta de oportunidades.

La presencia femenina en la industria tecnológica ha crecido en los últimos años, pero aún enfrenta barreras estructurales que dificultan su acceso a posiciones de liderazgo. A nivel global, las mujeres ocupan el 32% de los puestos de alta dirección en tecnología, una cifra inferior al promedio del 33.5% en otras industrias, según Grant Thornton. En Perú, un estudio de Page Group revela que, aunque el país lidera en participación femenina en tecnología en América Latina, esta ha disminuido un 4% en los últimos tres años.

Cecilia Bejarano, Gerente de Ventas de Canales de HP con 25 años de trayectoria en la industria tecnológica, analiza los desafíos que enfrentan las mujeres en este sector.

En búsqueda de la equidad

Uno de los mayores desafíos para las mujeres en la industria tecnológica no es solo la falta de oportunidades, sino también la forma en que enfrentan los retos profesionales. Mientras que los hombres postulan sin cumplir todos los requisitos, confiando en que pueden aprender en el camino, muchas mujeres analizan cada detalle antes de dar el paso. Para Bejarano, esto debe cambiar: «Las mujeres debemos confiar más en nuestras capacidades y tomar riesgos sin esperar a cumplir con todos los requisitos».

Desde su experiencia, destaca la importancia de transformar los desafíos en oportunidades. Recuerda que cuando HP se fusionó con Compaq, la incertidumbre predominaba, pero para ella fue la ocasión perfecta para demostrar que estaba lista para asumir su primer cargo de liderazgo como Product Manager en hardware de impresión.

Aunque la presencia femenina en la industria ha crecido, las brechas persisten. «Hay más mujeres en puestos gerenciales, pero la mayoría de los altos cargos en la industria siguen siendo ocupados por hombres», señala la gerente de ventas de canales de HP.

En ese sentido, enfatiza la necesidad de políticas empresariales que promuevan el crecimiento en igualdad de condiciones y mayor flexibilidad. La diversidad en los equipos de trabajo ha demostrado ser beneficioso para la innovación y la competitividad. «Trabajar con personas de distintas edades, géneros y experiencias enriquece la toma de decisiones y potencia la innovación», afirma.

Integración de la vida profesional y personal

Uno de los principales obstáculos para que las mujeres accedan a roles directivos es la presión social que las obliga a no «descuidar» su vida personal y familiar cuando asumen responsabilidades profesionales más demandantes. Estas expectativas limitan su crecimiento y perpetúan desigualdades en el acceso al liderazgo. Este sesgo profundamente arraigado no solo impone una carga mental adicional, sino que también desanima a muchas mujeres a aspirar a posiciones de mayor responsabilidad y menor flexibilidad.

Según el INEI, las mujeres en Perú trabajan en promedio 75.54 horas semanales y los hombres, 66,39. De este total, las mujeres destinan 39.28 horas (51.99%) a labores domésticas no remuneradas; mientras que los hombres le dedican solo 15.54 horas (23.4%) a estas tareas – un día menos. El impacto de esta barrera es evidente en las cifras pues solo el 13% de las mujeres ocupa cargos directivos en el Perú, según Women CEO Perú.

Para Bejarano, este problema estructural requiere una solución que combine mayor apoyo familiar y flexibilidad de parte de las organizaciones. «Muchas veces hablamos de balance entre el trabajo y la vida personal, pero en realidad deberíamos hablar de integración. No somos dos personas distintas, una en el trabajo y otra en casa, sino una sola», destaca.

Retos pendientes en el sector tecnológico

A pesar de los avances, el sector tecnológico aún enfrenta desafíos en materia de equidad de género. Bejarano subraya la importancia de que más mujeres tomen el control de su crecimiento profesional sin limitarse por estructuras tradicionales. «Lo más importante es confiar en nuestras capacidades, tomar riesgos y no esperar a cumplir con todos los requisitos antes de asumir un reto. El sector tecnológico tiene espacio para todas, y las mujeres tenemos mucho que aportar», concluye.

Para las jóvenes que desean ingresar al sector, pero tienen dudas o temores, su mensaje es claro: «Que no tengan miedo. Antes, este era un sector dominado por hombres, pero eso ha cambiado. Hoy existen más oportunidades, programas de apoyo y espacios diseñados para el crecimiento profesional de las mujeres».

La historia de Cecilia Bejarano nos recuerda que el talento no tiene género y que el futuro de la industria será más diverso e inclusivo si seguimos impulsando el cambio.