La movilidad eléctrica crece en la región con la promesa de reducir emisiones y mejorar la eficiencia energética. En Perú, el mayor desafío se encuentra en fortalecer la infraestructura y acelerar la transición hacia un transporte más sostenible.
América Latina viene experimentando un crecimiento en la movilidad eléctrica impulsada por la necesidad de reducir la contaminación y mitigar el cambio climático. Actualmente, el transporte es responsable del 34% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la región, lo que ha impulsado la transición hacia alternativas sostenibles. Países como Chile y México lideran el desarrollo de infraestructura de carga y la incorporación de vehículos eléctricos en sus flotas.
El mercado de autobuses eléctricos también ha cobrado protagonismo. Se estima que para 2025 más de 5000 unidades circularán en ciudades de América Latina y el Caribe, marcando un avance significativo en la reducción de emisiones y el mejoramiento de la eficiencia energética. Sin embargo, la adopción de esta tecnología aún enfrenta barreras, como la insuficiente infraestructura de carga, los altos costos iniciales y la necesidad de incentivos regulatorios.
En este contexto, Perú ha mostrado interés en la electromovilidad, pero todavía enfrenta limitaciones en infraestructura y regulaciones. Aunque hay normativas para incentivar la adopción de vehículos eléctricos, el país sigue rezagado en comparación con otros líderes de la región. “Perú enfrenta desafíos específicos, como la necesidad de mayor inversión en infraestructura de carga y la creación de modelos de negocio innovadores que permitan superar las barreras actuales para la masificación del transporte eléctrico”, señala Anderson Gómez, jefe comercial para el Clúster Andino Sur en Schneider Electric.
A pesar de ello, el país tiene un gran potencial. La creciente inversión en energías limpias y el interés en tecnologías de movilidad sostenible podrían posicionarlo como un referente en la región si se adoptan las estrategias adecuadas.
Tecnología y eficiencia en la electromovilidad
La inteligencia artificial (IA) y el big data cumplen un rol clave en la eficiencia y adopción de autos eléctricos. Estas tecnologías permiten optimizar el rendimiento, reducir costos y mejorar la experiencia del usuario.
“Las soluciones digitales permiten optimizar redes de carga, gestionar eficientemente la energía y predecir la demanda, facilitando la transición hacia una movilidad sostenible. Por ejemplo, se pueden analizar patrones de uso y ajustar la disponibilidad de estaciones de carga en tiempo real”, señala Anderson Gómez, quien agrega otros cinco beneficios de la digitalización en la movilidad eléctrica: mantenimiento predictivo, optimización energética, rutas inteligentes, experiencia del usuario, carga inteligente.
A pesar del interés creciente por la electromovilidad, Perú enfrenta retos significativos en la masificación de su infraestructura de carga. Actualmente, el país cuenta con 65 electrolineras entre públicas y privadas, una cifra insuficiente para el crecimiento proyectado.
El 2024 cerró con la venta de más de 6600 vehículos electrificados, sumando más de 16 000 unidades en total. Según la Asociación Automotriz del Perú (AAP), esa cifra podría duplicarse en 2025, alcanzando las 11 000 unidades. Sin embargo, la falta de estaciones de carga sigue siendo una barrera.
El desarrollo de la electromovilidad en Perú no está exento de desafíos, pero las oportunidades son inmensas. La combinación de innovación tecnológica, inversión en infraestructura y regulaciones favorables podría posicionar al país como un referente en movilidad sostenible en la región, siendo un pilar clave en el futuro del transporte peruano. Con el impulso adecuado, podría transformar la manera en que las ciudades se movilizan, reduciendo el impacto ambiental y mejorando la calidad de vida de millones de personas.