Mantienen vigilancia de El Niño Costero: Recomendaciones para que las empresas afronten su posible ocurrencia

El ENFEN ha mantenido la vigilancia de El Niño Costero ante la persistencia de una condición cálida débil que se mantendría en abril, la cual podría generar lluvias por encima de lo normal en la costa norte y la sierra norte occidental.

El Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) ha mantenido el estado de vigilancia de El Niño Costero ante la persistencia de una condición cálida débil que se mantendría hasta abril, la cual podría generar lluvias por encima de lo normal en la costa norte y la sierra norte occidental. “Aunque se estima que las condiciones en los próximos meses sean probablemente neutras, es recomendable que las empresas igual adopten estrategias de mitigación para minimizar los efectos de las precipitaciones y prevenir interrupciones en sus actividades», señaló Frank Chavez, Gerente de Ingeniería y Prevención de Gallagher Perú.

En 2017, El Niño Costero causó daños significativos, según lo reportado por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), este fenómeno provocó la muerte de 113 personas y afectó a más de un millón de peruanos. Además, se registraron más de 178,000 damnificados y más de 237,000 viviendas afectadas a nivel nacional debido a inundaciones y deslizamientos de tierra.

Frente a este escenario, Gallagher Perú recomienda a las empresas implementar las siguientes medidas de prevención:

  1. Evaluar la vulnerabilidad de las instalaciones: Realizar un análisis exhaustivo de las infraestructuras para identificar áreas susceptibles a lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos. Esto incluye revisar la ubicación de edificios, almacenes y equipos críticos, así como la resistencia de las estructuras ante fenómenos naturales.
  2. Inspeccionar y limpiar sistemas de drenaje: Llevar a cabo mantenimientos periódicos en cauces, alcantarillas y drenajes para garantizar su correcto funcionamiento. La acumulación de residuos puede obstruir el flujo de agua y aumentar el riesgo de inundaciones.
  3. Reforzar defensas ribereñas: Trabajar en conjunto con autoridades locales y otras empresas para fortalecer las defensas naturales y artificiales en zonas cercanas a ríos y quebradas, minimizando el impacto de posibles desbordes.
  4. Proteger equipos eléctricos y críticos: Asegurar que los equipos esenciales estén resguardados de la intemperie y en áreas elevadas para evitar daños por agua. Implementar sistemas de respaldo energético y planes de contingencia para mantener la operatividad durante emergencias.
  5. Identificar zonas de acumulación de agua dentro de las instalaciones: Revisar áreas con pendientes o depresiones donde el agua de lluvia pueda estancarse, afectando activos y generando riesgos para el personal. Implementar sistemas de drenaje y barreras de contención en estos puntos críticos.
  6. Actualizar planes de contingencia y continuidad del negocio: Revisar y adaptar los protocolos de respuesta ante emergencias, incorporando escenarios de lluvias extremas e inundaciones. Capacitar al personal en procedimientos de evacuación y medidas de seguridad.

«Es importante que las empresas no solo reaccionen ante emergencias, sino que integren la gestión de riesgos climáticos en su planificación anual. La identificación temprana de vulnerabilidades y la inversión en prevención pueden marcar la diferencia en la continuidad operativa y la seguridad de los colaboradores», concluyó Chavez.