Latinoamérica crecerá un 1.3% en 2024 y un 2.1% en 2024 y 2025, respectivamente.
La economía global sigue desacelerándose, pero mantiene un crecimiento positivo gracias a la disminución progresiva de la inflación. En este contexto, MAPFRE Economics (el Servicio de Estudios del Grupo MAPFRE) anticipa un crecimiento del 3% para 2024 y del 2.9% para 2025, superando el 2.6% previsto anteriormente, según el informe “Panorama económico y sectorial 2024: perspectivas hacia el segundo semestre”, publicado por MAPFRE Economics y editado por Fundación MAPFRE.
La inflación sigue a la baja, aunque no logra descender aún hasta el objetivo de los principales bancos centrales y se situará, en promedio, en el 4.5% y en el 3.5% en 2024 y 2025, respectivamente. Entre los obstáculos, se mantiene la presión de los servicios y los avances salariales, mientras se cristalizan otros desafíos como la disrupción de las cadenas de suministro y la evolución en los precios de las materias primas.
“El panorama actual ofrece una visión macroeconómica más equilibrada, aunque esta etapa de ralentización continúa planteando ciertas divergencias en términos de actividad, inflación y políticas monetarias, ante un escenario geopolítico desafiante que abre una brecha más profunda”, destaca Manuel Aguilera, Director general de MAPFRE Economics, en el informe.
Particularidades por zonas geográficas
Se prevé que Latinoamérica crezca 1.3% en 2024 y 2.1% en 2025. La inflación se mantendrá alta y en este año se situará en promedio en 8.5%, para desacelerarse el siguiente hasta el 7.6%, dato fuertemente influido por el efecto de las economías latinoamericanas que, como Argentina y Venezuela, se mantienen en entornos hiperinflacionarios. Las particularidades de cada zona provocan que el horizonte de la inflación presente realidades muy diferentes por todo el mundo y con niveles de evolución muy dispares. En 2024, el balance de riesgos globales está ligeramente sesgado a la baja, destacando los riesgos geopolíticos, de gobernanza y de política económica. Aunque existe la posibilidad de enfrentar un escenario menos favorable a nivel global, no se espera que sea recesivo.
Se prevé que Estados Unidos crecerá un 2.1% este año y un 1.8% el que viene, con lo que se mantiene la previsión de la edición anterior para 2024 y sube dos décimas la de 2025. La inflación, por su parte, se situará previsiblemente en el 3% y en el 2.4% en promedio, en cada uno de esos años. El Servicio de Estudios de MAPFRE destaca que el mercado laboral estadounidense empieza a dar signos de debilidad, con el desempleo subiendo del 3.8% en marzo al 4.1% en junio, que se suma a los indicadores adelantados negativos que se han dado a conocer. El principal riesgo para la economía estadounidense es el alto nivel de deuda y de déficit, en un momento en el que, con un crecimiento saludable, el gobierno ya no debería estar incurriendo en déficit.
La Eurozona, por su parte, se estima crecerá 0.8% en 2024 y 1.7% en 2025, con una inflación promedio anual del 2.3% y del 2%, respectivamente. El desempeño a corto plazo de la economía europea dependerá en gran medida de la conjugación de fuerzas entre la relajación monetaria prevista y, por tanto, de la inflación y del endurecimiento fiscal.
Impacto en el sector seguros
Las perspectivas para el mercado asegurador mundial en 2024 son positivas y, aunque son inferiores a las de 2023, se espera que las primas de Vida crezcan nominalmente un 4.4% y las de No Vida un 5.2%. Estos crecimientos son consistentes y tienen la buena disposición que se espera desempeñe la economía mundial a lo largo de este año.
Para 2025, la situación cíclica esperada incluso mejoraría: con una inflación más controlada, las condiciones financieras volverían a ser soporte para el consumo y la inversión. En este sentido, se respaldan las proyecciones relativamente favorables en el crecimiento esperado de las primas No Vida, con un 5.4% en términos nominales, así como un crecimiento previsto cercano al 7.9% interanual en el negocio de Vida.