- Según el informe, pese a que las crisis geopolíticas y otros riesgos clave persistirán este año, la economía global crecerá 2,3% en el 2024 y 2,6% en el 2025,
- El endurecimiento financiero continuará impactando el mercado asegurador, pero se prevé una mejora de la rentabilidad del sector.
MAPFRE Economics (el Servicio de Estudios del Grupo MAPFRE) ha publicado su informe anual Panorama económico y sectorial 2024, en el que prevé un crecimiento de la economía peruana de 2,6% en el 2024, en línea con las proyecciones del Banco Mundial que estima un crecimiento del 2,5 % y del Ministerio de Economía y Finanzas que estima un optimista 3%. Igualmente, el informe adelanta un crecimiento de 2,9% para la economía peruana en el 2025.
El crecimiento económico global seguirá debilitándose durante 2024, fruto de la inflación aún elevada y del endurecimiento monetario para hacerle frente. Así, MAPFRE Economics anticipa un incremento del PIB del 2,3% para este año, seguido de una moderada recuperación en 2025 hasta el 2,6%. Pese a esa mejora, el crecimiento seguirá por debajo tanto del potencial como del promedio de las últimas décadas.
A nivel global, la inflación seguirá su senda bajista y previsiblemente se situará en promedio en 2024 en el 4,4%, para remitir aún más hasta el 3,3% en media para 2025. Este freno en la subida de los precios, unido al debilitamiento del crecimiento, ofrece una imagen menos estanflacionaria, así como un balance de riesgos más equilibrado y controlado por los bancos centrales.
En 2024, se prevé que las dificultades geopolíticas y otros riesgos clave del pasado se mantengan. La complejidad de las cadenas de suministro y su interconexión y riesgos de cola, que no se manifestaron en 2023, pueden resurgir y poner a prueba la resiliencia del comercio mundial tras las reordenaciones económicas globales, con el reciente conflicto en Oriente Medio y los acontecimientos en el Mar Rojo.
Por áreas geográficas, la contribución al crecimiento global de Estados Unidos disminuirá en 2024. Así, se espera que la potencia crezca un 1,1% este año y un 1,5% en 2025, sin descartar mayores avances en materia de inflación debido a la desaceleración de la demanda y una menor impacto de los problemas de la oferta. La Eurozona seguirá en situación de relativo estancamiento, con previsión de que la actividad económica siga siendo deficiente y carente de motores claros de crecimiento, aunque podría comenzar una recuperación gradual en la recta final del año o comienzos de 2025. Así, MAPFRE Economics anticipa un aumento del PIB del 0,6% en 2024 y del 1,6% al año siguiente.
La región de Asia Pacífico, por su parte, presenta una dinámica de inflación que seguirá siendo compatible con tasas de crecimiento aceptables y se mantendrá como principal amortiguador del crecimiento económico global, con una previsión del 4,5% para este año y del 4% para el que viene. En cuanto a Latinoamérica, se verá afectada por la menor demanda exterior, lo que se reflejará en el crecimiento de este año, que será previsiblemente del 1,4% y del 2,2% para el que viene.
Impacto en el sector seguros
El sector asegurador seguirá notando el impacto del entorno económico, por lo que MAPFRE Economics anticipa una pérdida de dinamismo en la suscripción de seguros de No Vida a nivel global debido a la desaceleración cíclica, con un aumento nominal del 5% promedio entre 2024 y 2025, frente al 7,1% esperado para 2023. El rendimiento del negocio de Vida ahorro, por su parte, dependerá de la actividad económica y del entorno de tasas de interés, y se espera que este ramo se beneficie de unas tasas lo suficientemente altas para generar nuevo negocio. Así, se prevé que el negocio de Vida en su conjunto registre un crecimiento nominal cercano al 7% en promedio durante 2024-2025.
En general, el Servicio de Estudios de MAPFRE prevé una mejora en la rentabilidad del sector –la cual se había visto deteriorada en los últimos años por el repunte de la inflación–, impulsado por las revisiones al alza de las primas de seguros y la moderación en el crecimiento de los costes de las aseguradoras. Los ingresos financieros de las carteras de inversiones de las aseguradoras contribuirán igualmente a esa mejora de la rentabilidad.