Mes del Orgullo: diversificar para generar el cambio

Por: César López                                                                                                      Head of Strategic Development en Grupo Covisian y presidente de GSS.

Han pasado más de 50 años desde que comenzó la lucha por la igualdad de oportunidades y respeto hacia la comunidad LGTBIQ. Y, aunque han existido algunos avances, aún queda un largo camino por recorrer para lograr un verdadero cambio, que considere la diversidad e inclusión como parte de la esencia en la cultura de las organizaciones y la sociedad.

Ante este panorama, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde el 2018 presentó los Principios de Conducta contra la discriminación laboral del colectivo LGTBI, los cuales buscan ayudar a las empresas a reestructurar sus políticas y prácticas, con el fin de promover los derechos de las personas de la comunidad; y a ser conscientes de que las acciones que llevan a cabo, con cada agente de la cadena, generan un impacto real en millones de personas.

No se trata solo de concentrar los esfuerzos en los colaboradores que integran una compañía, este mensaje se extiende hasta los proveedores, inversionistas, cadenas de suministro, aliados o clientes, y en todas las sedes en donde se encuentre presente la compañía. Es primordial asegurarnos de que estén alineados e impulsar a otras empresas a unirse mediante campañas externas de concientización.

Además, de incorporar lineamientos que puedan alertar ante cualquier señal de discriminación; y trabajar en brindar apoyo a aquellas personas que diariamente se sienten diferentes por su edad, género u orientación sexual, promoviendo empatía y respeto en todas las áreas, entornos u operaciones comerciales.

Como empresas debemos seguir fomentando una cultura de igualdad a través de la incorporación de la escucha activa y la restructuración de políticas. Por ello, una de las actividades que hemos trabajado es incorporar el fotocheck social, con el cual nuestros colaboradores pueden elegir el nombre con el cual quieren ser llamados o se identifiquen, independientemente del que tengan en su DNI. Esto ha permitido que se respete su esencia, y se sientan verdaderamente valorados.