Mirada al espejo y examen de conciencia

Por Antero Flores-Araoz

Se vienen calentando los motores para el próximo proceso electoral, cuya primera vuelta presidencial será en abril del próximo año, al igual que las elecciones parlamentarias.

Evidentemente se trata de un gran reto pues nunca antes, habíamos tenido alrededor de medio centenar de partidos políticos en pugna, y ello gracias a los errores que se cometieron durante la administración de Martin Vizcarra, cuando estuvo con la cantaleta de hacer cambios en materia institucional y electoral y allí están los terroríficos resultados.

Si cada partido alcanzase el cinco por ciento del electorado, tendríamos únicamente veinte partidos superando la valla electoral y por ende seguirían vigentes.  Los demás, a llorar a Piedras Gordas o al Muro de los Lamentos Lo probable es que como algunos partidos holgadamente tendrán más del cinco por ciento de la votación, los partidos que queden con vida sean muchísimos menos.

Lo expuesto por lo menos, debería incentivar a las agrupaciones políticas a buscar alianzas y no hacernos la vida a cuadritos a los electores.

Cosa similar sucede con los candidatos a presidente y vicepresidentes de la República, que en teoría solamente tienen que cumplir con tres requisitos, tan simples y elementales como el ser peruanos de nacimiento, mayores de 35 años de edad y, gozar del derecho de sufragio, Como vemos hasta un analfabeto puede reunir los requisitos mencionados.

Llamamos a los que pretenden candidatear, hacer un pequeño esfuerzo y mirarse al espejo, así como hacer un breve examen de conciencia, respecto a si están preparados para tal postulación y, ni digamos para el caso de acceder a la primera magistratura de la Nación. No queremos de modo alguno con tal propuesta, ser incómodos a nadie, pues solamente nos anima el deseo que eviten papelones.

Tienen acaso los pretendientes a candidatos siquiera conocimiento de que de ser elegidos (Dios nos salve María) será el Jefe de Estado y personificará a la Nación.  Buenos pues, si lo saben no conocen las responsabilidades que ello significa.

Probablemente las personas a las que nos referimos, que padecen la enfermedad de la “candidatitis”, no tienen la más remota idea que de ser presidente de la República tendrán que representar al Perú tanto dentro como fuera del territorio nacional, dirigir la política general del Gobierno, velar por el orden interno y la seguridad exterior de la República, cumplir y hacer cumplir las leyes así como reglamentarlas, dirigir la política exterior y las relaciones internacionales, presidir el Sistema de Defensa Nacional además de ser el jefe supremo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, declarar la guerra, administrar los recursos del Estado (tanto de los tributos que se recauden como de los empréstitos), dictar medidas extraordinarias en materia económica y financiera, regular los aranceles aduaneros, entre muchas otras responsabilidades.

Si es que no tienen ni siquiera la solvencia personal ni conocimientos para dirigir a su vecindario de barrio, o algún caserío o poblado del interior del país, ¿Cómo se les puede ocurrir postular a la altísima posición de ser el Presidente de la República del Perú?

Ni siquiera entienden que lo lógico en la política, es escalar posiciones, comenzar desde la junta vecinal, ir subiendo en los gobiernos municipales, sean distritales o provinciales, pasar al gobierno regional, de allí a algún cargo gubernamental nacional hasta aspirar a cartera ministerial o ser partícipe del Congreso de la República.

Por favor, mírense siquiera al espejo y pregúntenle “¿espejito espejito, me ves bonito, tengo conocimientos y aptitudes para presidir al Perú o ser parlamentario?” La respuesta que las determine sus propias conciencias, aunque estoy seguro que muchos se ruborizarán de gravedad.