Por: Fernando Vasquez Vasquez
El coronavirus ha logrado frenar o retrasar distintas actividades económicas a lo largo del mundo, sin embargo, también ha detenido uno de los mayores retos globales: la deforestación. Pero, no se puede depender de un virus para parar esta problemática, sino que es un trabajo en conjunto, en el que todos deben aportar.
El pasado mes de junio, Gabriel Quijandría Acosta, quien fue viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales (actualmente es Ministro del Ambiente) señaló que: “La inmovilización social tuvo como consecuencia la reducción de la presión sobre el bosque que causa la deforestación. Si bien, esto constituye siempre una buena noticia, tenemos que seguir trabajando en conjunto para que, culminado el periodo de cuarentena, la deforestación no vuelva a incrementarse”.
Una de las regiones en donde se redujo más la deforestación fue Ucayali (967 hectáreas), un 52,1% menos en comparación al anterior año (2019 hectáreas). Sin embargo, una de las regiones que sufrió el aumento de la deforestación durante el 2020 fue el departamento de Amazonas, específicamente en los dos primeros meses de la cuarentena obligatoria.
Gracias al método innovador de Global Innovation Consulting por obtener información de alto valor, recomendó que es necesario vincular a los trabajadores agrícolas en los planes de adopción de árboles, ya que a su vez velarán por el cuidado de los mismos y que además, puedan recibir distintas bonificaciones de los fondos de los impuestos que el pueblo paga. También, el hecho de multar y sancionar a las personas o empresas que no cumplan con lo estipulado.