En el Perú, hay 6.5 millones de personas entre 50 y 70 años en zonas urbanas, y el 51% de ellas son mujeres. A pesar de su protagonismo, existe una brecha de 17 puntos porcentuales en la tasa de actividad entre hombres y mujeres, según el INEI. ¿Cómo puede el emprendimiento silver reducir esta brecha y fortalecer la autonomía económica de las mujeres silver?
En el Perú, las mujeres viven más años que los hombres. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), su esperanza de vida alcanza los 80 años en promedio, mientras que la de los hombres es de aproximadamente 75 años. Esta ventaja en longevidad, sin embargo, no siempre se traduce en un mejor bienestar económico.
La adultez mayor enfrenta grandes desafíos en términos de seguridad financiera, especialmente para las mujeres. Muchas han dedicado gran parte de su vida al trabajo no remunerado en el hogar, lo que limita su acceso a pensiones y oportunidades laborales formales. De acuerdo con el INEI, en el primer trimestre de 2024, la tasa de actividad de las mujeres en edad de trabajar fue del 61,7%, mientras que la de los hombres alcanzó el 78,7%, evidenciando una brecha de 17 puntos porcentuales a favor de los hombres.
El emprendimiento como alternativa para la autonomía económica
Ante la falta de opciones en el mercado laboral tradicional, el emprendimiento se ha convertido en una solución clave para las mujeres en la adultez mayor. A nivel global, la «economía plateada» está ganando relevancia al promover oportunidades económicas para la población senior y permitir que sigan activas en el ecosistema productivo.
En el Perú, iniciativas como el programa Emprende 50+, desarrollado por el Centro de Emprendimiento de la Universidad del Pacífico (Emprende UP), han demostrado el impacto positivo del emprendimiento en la calidad de vida de las mujeres mayores. Este programa, que ya ha capacitado a más de 150 personas en cuatro ediciones, busca fortalecer negocios liderados por personas de 50 años o más y fomentar la innovación en el mercado silver.
Un dato revelador es que el 69% de los participantes del programa son mujeres y el 61% del total tiene más de 50 años. Además, el 34% de ellas se encuentra en el rango de 50 a 60 años, el 21% entre 61 y 70 años, y el 6% supera los 71 años, lo que evidencia que el emprendimiento es una opción viable para mujeres en diversas etapas de la adultez mayor.
Desafíos y oportunidades para el futuro
A pesar del creciente interés por el emprendimiento silver, persisten barreras que dificultan su expansión. La falta de acceso a financiamiento, la necesidad de capacitación digital y la ausencia de políticas públicas que fomenten el trabajo independiente en la adultez mayor son algunos de los retos que deben abordarse.
El camino a seguir requiere una mayor articulación entre el sector público, privado y la academia para generar oportunidades reales para las mujeres mayores. Iniciativas como Emprende 50+ son un primer paso, pero es fundamental ampliar los esfuerzos para garantizar que más mujeres puedan acceder a recursos, formación y redes de apoyo que les permitan desarrollar sus emprendimientos y asegurar su autonomía económica.
«La academia puede aportar con investigaciones y programas de formación específicos, mientras que la empresa privada puede ofrecer financiamiento y mentoría”, afirmó Elizabeth Gómez, jefa de Proyectos del Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Pacífico (Emprende UP). “El sector financiero debe adaptar su oferta para este segmento, y el Gobierno, a través de políticas públicas y capacitaciones, puede impulsar su desarrollo”.
Vivir más no debería significar vivir con menos oportunidades. Es momento de impulsar estrategias que permitan a las mujeres silver mantenerse activas, generar ingresos y vivir con dignidad en todas las etapas de su vida. Solo con un enfoque integral y sostenido se podrá transformar la realidad económica de este grupo y construir un futuro más equitativo para todas.
