Las proyecciones de los organismos internacionales enmiendan el optimismo del gobierno. Perú crecería menos de lo previsto.
El optimismo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que proyecta un crecimiento del 4% para el Producto Bruto Interno (PBI) en 2025, no encuentra eco en los principales organismos internacionales. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial (BM) ajustaron sus proyecciones a la baja: 2,8% y 2,9%, respectivamente, en su última actualización.
Las cifras dejan a Perú lejos de los primeros puestos en Sudamérica. Según el FMI, el país solo superaría a naciones como Bolivia, Ecuador o Venezuela, pero se ubicaría por debajo de Argentina (5,5%) y Paraguay (3,8%). Esta desaceleración, explican, se da en un contexto de volatilidad externa, guerra comercial prolongada entre EE. UU. y China, y fragilidades internas no resueltas.
¿Qué hay detrás del optimismo del MEF?
El titular del MEF, José Salardi, ha sostenido que su ambicioso “shock desregulatorio” —una batería de 402 medidas— tiene potencial para sumar un punto adicional al crecimiento, elevando la estimación desde el 3% del consenso de mercado hasta el 4%. Sin embargo, ese plan ha sido criticado por gremios como la CGTP, que alertan sobre posibles recortes de derechos laborales, como la eliminación del decreto que limita la tercerización.
Mientras tanto, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) mostró un leve ajuste al alza, con una previsión de 3,2% para el próximo año. Julio Velarde, su presidente, atribuyó el cambio al mejor desempeño reciente en los sectores de construcción y servicios.
El contexto internacional no ayuda
La desaceleración no es exclusiva del Perú. El FMI redujo su proyección global para 2025 a 2,8%, golpeado por la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo. El Banco Mundial, por su parte, advierte que América Latina será la región de menor crecimiento a nivel global, con apenas un 2,1%. Baja inversión, endeudamiento alto y exposición al comercio exterior limitan su recuperación.
“Si bien esta mayor integración con economías como China y la Unión Europea ha abierto puertas, también deja a la región muy vulnerable a los vaivenes del comercio internacional”, advirtió el BM.
2026, año electoral: más sombras en el horizonte
De cara a 2026, el FMI proyecta que el crecimiento peruano retrocederá a 2,6%, anticipando el impacto de la incertidumbre electoral. Un clima que suele frenar decisiones de inversión privada y ampliar la brecha entre el discurso oficial y la realidad económica.
Por ahora, ni el optimismo del MEF ni las medidas anunciadas bastan para convencer a los mercados ni a los observadores globales. Y todo indica que el 4% sigue siendo, por ahora, una meta lejana.