Por Diego González, CEO de Defontana
No hay duda de la importancia y necesidad de una nueva ley Fintech que establezca un marco regulatorio actualizado en beneficio de un mercado que cada día crece más. Según información del BID, el año pasado el financiamiento pyme a través de Fintech habría llegado a los US$1.600 millones.
Y es que los beneficios de una nueva ley Fintech apuntan no solo a la democratización financiera, sino también a una mayor y mejor competencia que impulse y consolide el mercado, fomentando asimismo el desarrollo de empresas de base tecnológica y financiera; y entregando herramientas de inclusión a las pymes para desarrollarse y crecer.
No obstante, persisten los desafíos. Uno de ellos es cómo abordar el nuevo sistema de intercambio de información denominado finanzas abiertas, más conocido como open banking. Y muy de la mano, sigue la ciberseguridad y la protección de datos personales.
El punto aquí es la integración e interoperabilidad a través de interfaces robustas que permitan un acceso seguro y simple en el ecosistema financiero digital. Por ejemplo, mediante la integración de API’s -o interfaz de programación de aplicaciones- que den la posibilidad de enlazar y automatizar el traspaso de información entre un ERP 100% web y plataformas externas de bancos, instituciones financieras, sistemas de calificación de mora u otros. De esa forma, se facilita y optimiza la gestión financiera.
Sin embargo, las API’s se encuentran bastante expuestas al robo de datos. En ese escenario y más allá de las leyes que puedan contemplar la seguridad la información o la regulación Fintech, lo cierto es que las empresas deben ir un paso adelante en esta materia, ya sea como proveedor o como usuario; es vital no solo estar al día y cumplir con la normativa vigente, sino también acompañar estos procesos con socios tecnológicos capaces de conectarse con todo en un ecosistema integrado de gestión, pero de manera cibersegura y eficaz.
En efecto, mientras la nueva ley Fintech toma su tiempo para aprobarse e implementarse, el mercado tiene la oportunidad de prepararse para aprovechar la tecnología actual y futura como motor de nuevas oportunidades de negocios.