Por Manuel Pachas, CEO de Xofi
El año 2025 marca un hito importante para el movimiento cooperativo mundial con la celebración del Año Internacional de las Cooperativas, proclamado por las Naciones Unidas. Bajo el lema «Las cooperativas construyen un mundo mejor», esta iniciativa global busca reconocer los logros del movimiento cooperativo y proyectar su impacto hacia un futuro inclusivo y sostenible.
Su enfoque en valores comunitarios ha sido decisivo en la lucha contra la pobreza, el fortalecimiento del empoderamiento femenino y la promoción de la inclusión social. Además, generan empleo pleno y favorecen un crecimiento económico sostenible, consolidándose como socios estratégicos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
A nivel mundial, el movimiento cooperativo tiene una presencia significativa, con más de 75 mil cooperativas de ahorro y crédito que agrupan a 411 millones de socios en 104 países, según el Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito (WOCCU). En Latinoamérica, esta región ocupa el tercer lugar en activos totales del sector cooperativo, con una participación del 5.9%, mientras que Norteamérica lidera con el 72%.
Por su parte, en el Perú, el sector cooperativo enfrenta desafíos y oportunidades. Aunque el número de cooperativas ha disminuido de 348 en 2023 a 251 en 2024, estas organizaciones siguen siendo fundamentales para la inclusión financiera, especialmente en áreas rurales. Con un 1.9% de participación en los activos regionales, las cooperativas peruanas tienen un papel crucial en cerrar las brechas geográficas de inclusión financiera.
Además, las brechas de inclusión financiera son predominantemente geográficas. Mientras el porcentaje de deudores como proporción de la Población Económicamente Activa (PEA) alcanzó el 42.8% en 2024, el acceso real a servicios financieros sigue siendo limitado en muchas regiones. Las cooperativas, dispersas en todo el país, tienen la oportunidad de liderar la inclusión en zonas donde los indicadores están por debajo del promedio nacional.
Uno de los grandes desafíos del sector es promover la colaboración entre cooperativas. Aunque las fusiones y las economías de escala podrían fortalecer al sector, la resistencia cultural y los individualismos han dificultado su implementación. Experiencias en países como Ecuador, donde las fusiones fueron impuestas por normativa, ofrecen lecciones importantes para el Perú.
También es fundamental priorizar los intereses de los socios y promover acuerdos internos que impulsen una colaboración más efectiva y eficiente, destacando la integración de soluciones tecnológicas para optimizar la gestión de las cooperativas. No obstante, avanzar hacia estas metas exige superar perspectivas individualistas y reforzar la interacción humana dentro del sector, elementos clave para construir un entorno cooperativo sólido y sostenible.
El Año Internacional de las Cooperativas 2025 representa una oportunidad única para demostrar el poder transformador de las cooperativas. El movimiento cooperativo debe aprovechar este momento para fortalecer sus capacidades, cerrar brechas de inclusión, y consolidarse como un modelo empresarial clave para un desarrollo económico y social sostenible.
