- De acuerdo a estudio global 40% de las empresas en el mundo tercerizan sus procesos, siendo Latinoamérica la más predominante con el 51%.
- De acuerdo con Salesland, el outsourcing permite a las empresas disminuir costos, mejorar sus procesos y entregar un mejor servicio a sus clientes.
A nivel mundial, el outsourcing o tercerización laboral es una de las herramientas de gestión que utilizan las empresas para enfocarse en el “core de sus negocios”. De acuerdo con un estudio de International Business Report – IBR de Grant Thronton revela que el 40% de las empresas alrededor de mundo ya tercerizan o planean tercerizar en un futuro cercano, siendo esta práctica más predominante en Latinoamérica con el 51%.
En Perú, de acuerdo al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, operaron 1565 empresas tercerizadoras y de intermediación laboral formales durante el 2020. En este sentido, se contrató a 240 mil trabajadores, lo que significó casi el 7 % del empleo formal en el país.
Por esta razón, Juan José Meneses, director regional para Perú y Ecuador de Salesland, detalla tres beneficios para la productividad empresarial a través de este proceso, entre ellos:
- Ahorro en costos de estructura: Al tercerizar algunos procesos, las áreas transversales de una empresa pueden operar de manera más eficiente y especializada. Tareas como reclutamiento, selección, capacitación y motivación pueden ser gestionadas por proveedores externos, lo que resulta en ahorros significativos para el cliente.
- Enfoque en el core business: Al tercerizar ciertos procesos, el cliente puede dedicar más tiempo y recursos a las actividades que generan mayor valor para la compañía. De esta manera, el outsourcing se encarga de resolver los procesos delegados, permitiendo al cliente concentrarse en su negocio principal y estratégico.
- Aumento de la productividad: Las empresas tercerizadoras cuentan con equipos especializados que pueden incrementar la eficiencia de los resultados. Gracias a su experiencia y conocimientos especializados, estas empresas son capaces de reducir las curvas de aprendizaje y utilizar herramientas y know-how específicos, lo que contribuye a mejorar la productividad del cliente.