A pesar de enfrentar desafíos similares a raíz de la pandemia, Perú y Bolivia presentan trayectorias económicas distintas. El crecimiento, el PBI per cápita, la inflación y la deuda pública son solo algunos de los indicadores que marcan la diferencia.
La pandemia del COVID-19 dejó una huella indeleble en las economías globales, y América del Sur no fue la excepción. Perú y Bolivia, países vecinos, enfrentaron recesiones profundas en 2020, con caídas de sus PBI de 10,9% y 8,7%, respectivamente, según datos del FMI (2024). Sin embargo, el proceso de recuperación fue notoriamente distinto para ambos países.
Mientras que Perú logró una recuperación notable en 2021 con un crecimiento de 13,4%, Bolivia experimentó un repunte moderado de 6,1%. El panorama de 2022-2024 muestra que la economía peruana experimentó un leve estancamiento con un crecimiento del 2,7% en 2022, seguido por una caída del 0,6% en 2023 y una recuperación del 3% en 2024. En cambio, Bolivia ha mostrado una desaceleración sostenida, con un crecimiento de solo 1,6% en 2024.
PBI per cápita: La brecha económica entre ambos países
Uno de los indicadores más reveladores es el PBI per cápita, donde la diferencia entre Perú y Bolivia es clara. Se estima que para 2025, el PBI per cápita de Perú será de US$8,570, más del doble de los US$4,121 proyectados para Bolivia. Esta brecha ha aumentado en la última década, profundizando las desigualdades económicas entre ambos países.
Sin embargo, como destaca la economista Tassha Rivera Guevara, es crucial tener en cuenta las disparidades internas dentro de cada país, especialmente en el caso de Perú, donde existen marcadas diferencias económicas entre la capital, Lima, y las regiones del interior.
Inflación: Los efectos de la crisis en la economía local
La inflación fue otro de los efectos secundarios de la pandemia. Mientras que Perú enfrentó una inflación elevada de 6,4% en 2021 y 8,5% en 2022, Bolivia también registró aumentos, aunque más moderados. En 2024, Perú logró reducir su inflación a 2,4%, mientras que Bolivia sigue enfrentando desafíos con un 6% de inflación, con proyecciones de que podría superar los dos dígitos en 2025.
Según Víctor Fuentes, gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), la inflación boliviana estaba siendo «atenuada» por subsidios gubernamentales, pero la escasez de reservas de gas y la caída de sus exportaciones energéticas ahora amenazan con hacer que las presiones inflacionarias sean más evidentes.
Desempleo y formalización: Brechas en la integración laboral
Ambos países enfrentan una alta informalidad en el empleo, lo que refleja una gran parte de la economía fuera del sistema fiscal. La OIT reportó que en 2023, Bolivia tenía un 80,8% de informalidad laboral, mientras que en Perú esta cifra era del 72%. En cuanto a desempleo, Perú mostró tasas más altas que Bolivia, especialmente en 2020, cuando el desempleo alcanzó el 13% en Perú frente al 8,3% en Bolivia.
Aunque ambos países han mejorado las cifras de empleo tras la crisis, la informalidad sigue siendo un reto importante para la sostenibilidad de sus economías.
Deuda pública: Perú mantiene control, Bolivia enfrenta un desafío creciente
En términos de deuda pública, Perú y Bolivia tienen caminos muy distintos. Mientras que Bolivia ha visto un aumento dramático de su deuda, pasando de 37,6% del PBI en 2014 a 93,9% en 2024, Perú mantiene una deuda pública controlada en 35,3% en el mismo período. Esta diferencia en la gestión fiscal permite a Perú tener un mayor margen de maniobra ante los desafíos económicos.
Fuentes explica que las reglas fiscales estrictas de Perú, junto con una prohibición constitucional de financiar déficits a través del Banco Central de Reserva, han protegido al país de un endeudamiento excesivo, lo que le otorga estabilidad en tiempos de incertidumbre. En cambio, Bolivia enfrenta presiones debido a un manejo más laxo de su deuda, lo que aumenta los riesgos de una crisis financiera.
Proyecciones de crecimiento y deuda
Las proyecciones a futuro también apuntan hacia trayectorias distintas. Perú espera un crecimiento de 2,6% en 2025, mientras que las expectativas para Bolivia son de 2,2%. En cuanto a la deuda, se prevé que Bolivia pueda alcanzar niveles preocupantes si no implementa reformas económicas urgentes.
Conclusión: Desafíos comunes y oportunidades económicas
Si bien tanto Perú como Bolivia comparten un contexto de desafíos económicos post-pandemia, las diferencias en sus respuestas políticas y económicas son notables. Perú, con su solidez fiscal y estructura de crecimiento más diversificada, parece estar mejor posicionado para enfrentar la volatilidad global, mientras que Bolivia debe gestionar mejor sus recursos y frenar su creciente deuda pública para evitar un estancamiento prolongado.
Ambos países continúan enfrentando obstáculos en la formalización del empleo y la lucha contra la inflación, pero las estrategias de desarrollo económico, como las reformas fiscales y la inversión en infraestructura, podrían marcar la diferencia en los próximos años.