Con la permanencia del COVID-19, el panorama no es muy alentador para el mundo del deporte, sobre todo para Perú, Colombia, Brasil y Chile. A esa conclusión llegaron los representantes de dichos países en el VII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Gestión Deportiva (ALGEDE), que por primera vez se desarrolló en Perú y contó con el aval académico de la Universidad ESAN junto a otras casas de estudios de Latinoamérica.
Julio Quispe, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad ESAN y embajador peruano de la ALGEDE, explicó que antes de la llegada de la pandemia los cuatro países ya adolecían de presupuesto destinado al deporte, hoy a raíz de esta crisis sanitaria, el monto es menos, para el caso de Perú representa el 0.07% de su presupuesto nacional.
“Esto evidencia que las políticas públicas en términos de materia deportiva son muy similares en nuestros países, las mismas que deberían buscar que realmente el deporte se impulse, pero que finalmente no se está logrando”, puntualizó.
Infraestructura deportiva
En cuanto al tema de infraestructura, Quispe manifestó que Brasil nos lleva ventaja, debido a que durante los últimos 20 años ha realizado distintos eventos deportivos de talla mundial como los Juegos Panamericanos del 2007, el Mundial de Futbol del 2014, los Juegos Olímpicos del 2016, así como otros eventos juveniles.
“Aún con las falencias presupuestarias, Brasil es potencia en esta región y esto lo hemos visto reflejado en los Juegos Panamericanos desarrollados en nuestro país, pues de los tres países que más medallas ganaron, primero quedó Estados Unidos, en segundo lugar Brasil y, en tercero, México”, indicó el experto en gestión deportiva.
Agregó, que en el caso del Perú recién hemos logrado infraestructura importante, de calidad, para los Juegos Panamericanos de Lima, que lamentablemente se concentra en la capital, pero que es mejor a no tenerla.
Medidas que impactan
La llegada de la pandemia hizo que todas las actividades deportivas se suspendieran y, con esto, también se paralizaran los entrenamientos de los deportistas de alto rendimiento. En el caso de Perú, el gobierno recién las reactivó en la segunda fase.
Para el especialista, existe una doble afectación para el deporte peruano, la primera en el presupuesto y, la segunda, que se verá reflejada en el rendimiento de nuestros deportistas en los Juegos Olímpicos de Tokio, ya que no es lo mismo entrenar en campos deportivos que en una casa con las limitaciones del caso.
Con respecto al deporte rey, Quispe calculó que las pérdidas en el futbol significan el 30 o 40% de sus ingresos que básicamente son generados por la taquilla. “Lo que está haciendo sobrevivir a este deporte ahorita son los derechos por las transmisiones de televisión y el sponsoreo”.
¿Qué hacer?
Para gestionar y promocionar el deporte peruano, Quispe afirmó que lo que se necesita son dos cosas. La primera, involucrar a todos los actores indicados en la ley del deporte para que lo difundan y, la segunda, involucrar en cada uno de los deportes con la empresa privada.
“Esto último es una de las cosas que pueden hacer sostenible el deporte en el tiempo, porque depender del presupuesto del Estado resulta peligroso, pues significa contar con un único dador de dinero”, finalizó.