José Fernando Aguirre, gerente de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, habla sobre cómo el sistema logístico peruano está desafiando la competitividad chilena.
El Puerto de Chancay, recientemente inaugurado en Perú, ha comenzado a generar preocupación entre los actores portuarios de la región, especialmente en Chile. Este megaproyecto, ubicado a 80 kilómetros al norte de Lima y desarrollado por la empresa estatal china Cosco, promete transformar el comercio exterior del país vecino. Con una inversión de 1.300 millones de dólares en su primera etapa, se espera que Chancay impulse la economía peruana al posicionarse como un puerto clave para las rutas comerciales entre Asia y América Latina.
Uno de los principales atractivos del Puerto de Chancay es su proximidad a los mercados asiáticos, lo que permite una reducción significativa en los tiempos de navegación hacia China. Según estimaciones, los buques de carga podrían reducir hasta diez días en sus trayectos entre Perú y Asia, un beneficio logístico que podría ser decisivo para los cargamentos peruanos y latinoamericanos que buscan acceder al mercado asiático. Este hecho se ha destacado como una de las principales ventajas competitivas frente a los puertos chilenos.
El impacto de la competencia peruana en Chile
José Fernando Aguirre, gerente general de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (Camport), ha señalado que, más que el Puerto de Chancay en sí mismo, es Perú el verdadero desafío. En declaraciones a The Clinic, Aguirre explicó que Chile se enfrenta a una competencia creciente debido a la eficiente integración de políticas públicas y privadas en Perú, lo que le ha permitido avanzar rápidamente en la construcción y optimización de su infraestructura portuaria. La agilidad en la aprobación de proyectos y la coordinación efectiva entre el sector público y privado en Perú es vista como una ventaja significativa frente a las trabas administrativas y de permisos que enfrentan proyectos portuarios en Chile, como el Puerto de Valparaíso.
Aguirre destacó que el Puerto de Chancay, por su capacidad y eficiencia, se convierte en un competidor serio para los puertos chilenos. Sin embargo, la mayor preocupación es que Perú ha logrado crear un entorno favorable para el comercio exterior, mientras que Chile aún enfrenta desafíos en cuanto a la infraestructura logística y la mejora de sus cadenas de suministro. La implementación de un tercer turno de camiones, por ejemplo, aún no ha logrado recuperar los niveles operacionales previos al estallido social de 2019.
El desafío logístico en Chile
Si bien el Puerto de Chancay tiene la ventaja de reducir los tiempos de navegación hacia Asia, Aguirre enfatiza que la verdadera amenaza no solo radica en la infraestructura de los puertos peruanos, sino en el modelo logístico de todo el país. Chile debe centrarse en acelerar el desarrollo y la aprobación de proyectos de infraestructura portuaria, pero también en mejorar la eficiencia de sus cadenas logísticas para ser más competitivos a nivel global.
Aguirre explica que, aunque la capacidad portuaria chilena es suficiente para satisfacer la demanda actual, las deficiencias logísticas siguen siendo un problema. El sistema de transporte, que depende en gran medida del uso de camiones, aún enfrenta obstáculos, como la falta de seguridad en los caminos y la inadecuada infraestructura de «última milla», lo que aumenta los costos operativos. Además, el modo ferroviario de carga, esencial para mejorar la competitividad de los puertos chilenos, aún está ausente en los planes de inversión.
El futuro del sistema portuario de Chile
El sistema portuario chileno aún tiene potencial de expansión. Aguirre menciona que varios puertos, como San Antonio, Valparaíso, Antofagasta y Arica, tienen proyectos de ampliación en marcha. Sin embargo, recalca que la ampliación de los puertos no necesariamente genera un aumento inmediato en la carga, sino que depende de cómo se gestionen los costos logísticos y se agilicen los procesos comerciales.
En cuanto a la capacidad del Puerto de Chancay, aunque aún no está claro si el proyecto logrará alcanzar los volúmenes de carga esperados, la realidad es que Perú está ganando terreno rápidamente. Con una estrategia de desarrollo de puertos hub, que incluye la concentración de grandes volúmenes de carga para luego distribuirlos a otros puertos en la región, el país vecino está posicionando a Chancay como un jugador clave en la región.
Chile, por su parte, debe enfrentarse a este desafío aumentando la competitividad de su sistema logístico, acelerando los procesos de aprobación de proyectos y mejorando su infraestructura portuaria y de transporte para evitar que el Puerto de Chancay se convierta en una amenaza para su hegemonía portuaria en el Pacífico Sur.
Conclusión
El Puerto de Chancay no solo representa una infraestructura moderna para Perú, sino que marca el inicio de una nueva etapa para el comercio exterior latinoamericano. Su capacidad para reducir tiempos de navegación y mejorar la eficiencia en el transporte marítimo coloca a Perú en una posición competitiva frente a Chile, que deberá afrontar los retos logísticos y administrativos para mantener su liderazgo en la región. Mientras tanto, el sistema portuario chileno debe adaptarse y evolucionar para no quedar rezagado en la nueva carrera por la supremacía en el comercio marítimo del Pacífico Sur.