La región presentó resultados dispares en cuanto a inflación, con algunos países alcanzando sus metas y otros luchando por contener el alza de precios. ¿Cómo quedó el ranking final?
Con el cierre de 2024, los datos de inflación en América del Sur han revelado un panorama mixto, con países alcanzando sus metas y otros enfrentando desafíos mayores en el control de los precios. Mientras que naciones como Perú y Paraguay lograron mantener sus registros dentro de los rangos establecidos, algunos de los grandes economías de la región, como Brasil y Argentina, no consiguieron cumplir con sus objetivos.
Inflación en Perú, Paraguay y Chile
Perú se destaca como el país con la inflación más baja de la región, terminando el 2024 con un 2%, justo en el centro del rango objetivo del Banco Central (2% +/- 1%), algo que no ocurría desde 2020. Este resultado es especialmente positivo considerando las dificultades que otros países han enfrentado. A nivel regional, Perú es seguido de cerca por Ecuador, con un 0,53%, lo que refuerza su posición como uno de los países con mayor estabilidad en términos de precios.
Por su parte, Paraguay terminó 2024 con una inflación del 3,8%, un resultado similar al de 2023, y ha mantenido el control de los precios dentro del objetivo establecido por su Banco Central. Desde la implementación del esquema de metas de inflación en 2011, Paraguay ha tenido un desempeño estable y generalmente por debajo de la meta, aunque en los últimos meses el Banco Central ajustó sus expectativas hacia una meta más baja, del 3,5%, para los próximos años.
En Chile, el resultado fue algo más desfavorable. A pesar de que la inflación interanual de diciembre de 2024 se ubicó en 4,5%, un número mejor al esperado, aún estuvo por encima de la meta oficial del Banco Central, fijada en 3%. Este ha sido el cuarto año consecutivo en el que Chile no logra cumplir su meta, aunque las proyecciones para 2025 y 2026 esperan una desaceleración hacia el objetivo, alcanzando 3,8% y 3%, respectivamente.
Brasil y Colombia: luchas por controlar los precios
Brasil, la economía más grande de la región, enfrentó serios retos en 2024, con una inflación de 4,84%, que estuvo por encima de la meta del 3% (con un rango de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales). Este aumento de precios, junto con una fuerte depreciación de la moneda brasileña (que alcanzó una caída del 27,3% frente al dólar), obligó al Banco Central a mantener tasas de interés altas, hasta el 12,25%, como medida para contener la inflación. Las expectativas para 2025 y 2026 se sitúan en niveles elevados, con una inflación estimada del 5% para 2025, lo que refleja la dificultad para estabilizar los precios a corto plazo.
Colombia, en cambio, logró una reducción considerable de su inflación, cerrando 2024 en 5,2% frente al 9,3% de 2023. Aunque fue su mejor desempeño desde 2020, el dato sigue estando fuera del rango objetivo, que es del 3%. Esto se debe a una fuerte aceleración de los precios en años anteriores, lo que afectó al poder adquisitivo de los colombianos. No obstante, la reciente bajada en las tasas de interés por parte del Banco de la República parece indicar una recuperación moderada, aunque el país aún tiene camino por recorrer para alcanzar su meta.
Uruguay y Argentina: desafíos y expectativas
En Uruguay, la inflación aceleró en diciembre de 2024 hasta el 5,5%, aunque aún se mantuvo dentro del rango de meta del gobierno, que va del 3% al 6%. A pesar de este resultado, los analistas privados predicen una ligera aceleración de la inflación en los próximos dos años, con un pronóstico cercano al 6% para 2025. Además, la incertidumbre por el fortalecimiento del dólar y su impacto en los precios de bienes importados, conocidos como «transables», continúa siendo un factor clave en las expectativas de inflación.
En cuanto a Argentina, la inflación acumulada entre enero y noviembre fue alarmante: 112%. Si bien este dato refleja una de las mayores tasas inflacionarias de la región, el gobierno de Javier Milei ha expresado su intención de desacelerar la devaluación de la moneda y reducir la inflación mensual. Si la medición de diciembre se mantiene en torno al 2,5%, el gobierno avanzaría con una reducción gradual del «crawling peg» (la devaluación administrada), pasando del actual 2% mensual al 1%. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto y dependerá de la efectividad de las políticas económicas implementadas.
Reflexiones finales sobre la inflación en América del Sur
El comportamiento de la inflación en América del Sur no solo refleja la eficacia de las políticas monetarias de cada país, sino también cómo las economías de la región lidian con desafíos globales y locales que impactan directamente en el poder adquisitivo de sus poblaciones. Mientras algunos países han logrado mantener la estabilidad de precios, otros, como Brasil y Argentina, siguen enfrentando dificultades económicas que requieren medidas adicionales para lograr la estabilidad macroeconómica.
El 2025 traerá nuevos retos para la región, y se espera que muchos países continúen ajustando sus políticas monetarias en un esfuerzo por reducir la inflación y alcanzar un crecimiento económico más sostenido.