Reducir la contaminación visual de la desalinización, un desafío para Chile

Por Carlos Fredes, gerente de Desarrollo de Oneka Chile

El primer Acuerdo de Producción Limpia (APL) del sector de desalación y reúso de aguas residuales, impulsado por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo y ACADES (Asociación Chilena de Desalación y Reúso), fue firmado por cuatro empresas que forman parte de la entidad gremial.

El propósito del convenio es promover un desarrollo sustentable para enfrentar el déficit hídrico que provocan el cambio climático y la sequía.

Para alcanzar este objetivo, se establecieron las siguientes metas:

  1. Implementar medidas de gestión sustentable y relacionamiento comunitario.
  2. Formación de capacidades para el cumplimiento del acuerdo
  3. Sistematizar estándares de sustentabilidad para elaborar metas sectoriales que orienten la acción de empresas.
  4. El sector identificará sus consumos de energía y oportunidades para una gestión más eficiente.
  5. Cuantificar y verificar la huella de carbono organizacional, reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero, avanzando sectorialmente a la carbono neutralidad.
  6. Disponibilizar información de variables ambientales relacionadas a la operación de plantas.
  7. Implementación de medidas de seguridad hídrica y gestión de riesgos climáticos.
  8. Los trabajadores del sector adquieren competencias específicas para la operación y mantención de plantas de desalación y tratamiento de agua

Estos ocho objetivos buscan mejorar tanto los estándares operativos como una relación más estrecha con las comunidades locales y la opinión pública, en general.

En efecto, generar una visión positiva de la desalación es quizás un desafío mayor que alcanzar las metas del APL.

La desalación ha estado muchas veces en la categoría NIMBY, not in my backyard o no en mi patio trasero. Es decir, dentro del grupo de inversiones de infraestructura que, siendo necesarias para el desarrollo, deben sortear la oposición de las comunidades locales, que no que no quieren compartir su territorio con este tipo de proyectos.

Además, es de dominio público que una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía corresponde a la contaminación visual que podría ocasionar tanto la construcción de plantas desalinizadoras a lo largo de nuestras costas como los ductos que transportan el agua a su destino final.

Las medidas que se pueden tomar son variadas. Por una parte, hay sistemas de desalación que no alteran para nada el paisaje como es el caso de las boyas que realizan en el mar el proceso de osmosis inversa con la energía que produce el mar. También, existe la posibilidad de que la planificación y construcción de plantas desalinizadoras incluya con mayor profundidad enfoques estéticos y ambientales.