Resiliencia, uso de datos y tecnología: claves para planificar la educación del futuro en América Latina y el Caribe

Andrés Delich, Secretario General Adjunto de OEI, mencionó que la agenda de reformas educativas en América Latina tienen que abordar los modelos de gobernanza que queremos para nuestro sistema educativo.

Con la presencia de Martín Benavides, Director de IIPE UNESCO; Andrés Delich, Secretario General Adjunto de OEI; Esther Kuisch Laroche, Directora de UNESCO Santiago, Oficina para América Latina y el Caribe; Carlos Torrendell, secretario de Educación de la Nación Argentina; y Alejandra Cardini, Jefa de Oficina a.i. del IIPE UNESCO, Oficina para América Latina y el Caribe (ALC), se llevó el Foro Regional de Política Educativa “Planificar la educación del futuro”, organizado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la UNESCO, con el apoyo de la OEI y la CEPAL.

Un evento que reunió a responsables de la formulación e implementación de políticas educativas de los países de América Latina y el Caribe, con el objetivo de ofrecer un espacio de intercambio, reflexión y diseño de propuestas para el planeamiento y la gestión de políticas educativas, además de analizar estrategias para el cumplimiento del derecho a la educación y del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 de la Agenda Educación 2030.

Durante la apertura del encuentro, Martín Benavides, Director de IIPE UNESCO, mencionó que existen múltiples desafíos para la educación y subrayó que América Latina y el Caribe no se encuentran en el centro de atención internacional en términos de movilización de recursos para el planeamiento y desarrollo educativo.

Benavides también recuperó la idea de innovar en términos de planificación y describió algunas áreas de innovación: “La primera es que hay que vincular mucho más directamente la planificación a los problemas concretos del aula. Planifiquemos, pero partiendo de un problema concreto, por ejemplo el problema de la alfabetización, cómo organizar procesos de planificación que tengan caminos claramente articulados, coherentes hacia la resolución de un problema que transforme el aula. La segunda es que la planificación ya no es, y no sé si lo fue antes, un problema sólo de los planificadores. Pensar que, por ejemplo, en concreto el IIPE debería conducir su programa de formación únicamente para las personas que trabajan en las oficinas de planificación en los ministerios, es no darse cuenta de que en la toma de decisiones del sector educación intervienen una serie de actores, todos ellos comprometidos de una u otra manera con el proceso de planificación”.

“Finalmente, la tercera idea es tratar de superar la tensión entre la planificación y la emergencia. Si bien ciertamente la planificación implica una mirada de largo plazo, esa mirada debe tener de manera muy clara y muy bien identificada cómo se está respondiendo a la emergencia cotidianamente y cómo esa respuesta también puede formar parte del proceso de planificación de largo plazo”, concluyó.

En su presentación, Andrés Delich, Secretario General Adjunto de OEI, aseguró que desde hace tiempo vienen trabajando con diferentes oficinas de UNESCO en la región; y que con cada una de ellas lo hacen de forma colaborativa, respetando uno de sus principios básicos: “juntos podemos hacerlo mejor”.

“La agenda de reformas educativas en América Latina tienen que abordar los modelos de gobernanza que queremos para nuestro sistema educativo, es decir, plantearnos cómo hacemos con un mundo que ha cambiado y ha dejado atrás los modelos verticales y se dirige hacia modelos mucho más participativos, en los que la unidad educativa, la escuela, vuelve a ser el centro, no sólo de la educación, sino además en muchos casos de la planificación. Para nosotros, desde la OEI, traer esta discusión a colación, poner en el centro de la planificación modelos de gobernanza que son distintos a los que tradicionalmente tuvo América Latina, tiene que ver con pensar o repensar de qué manera la escuela es capaz de incluir a todos, no sólo en la escuela misma, sino en lo que es más importante, en el conocimiento”, concluyó.

Por su parte, Esther Kuisch Laroche, Directora de UNESCO Santiago, Oficina para América Latina y el Caribe, manifestó que el tema seleccionado para esta edición del Foro (“Planificar la educación del futuro en América Latina y el Caribe”), es relevante y desafiante. “Estamos viviendo una gran cantidad de desafíos diferentes, pero también una revolución tecnológica. Todo esto nos obliga a repensar nuestros sistemas educativos, que no es nada fácil”. Y describió: “La complejidad creciente de nuestros sistemas educativos, la aparición de nuevos desafíos y demandas, los recursos que no son suficientes, todo esto requiere un mayor esfuerzo en planeamiento y gestión de la educación”.

Además, señaló: “No sólo es importante afrontar las deudas históricas que hacen al cumplimiento del derecho a la educación, sino que también hay que hacer frente a los nuevos desafíos que se presentan en este momento. Es crucial en un mundo en el que la educación ya no se trata únicamente de la transmisión del conocimiento, sino también de cómo los estudiantes están usando este conocimiento para enfrentarse a los desafíos de este mundo tan cambiante y complejo”.

“Este tiempo tan complejo requiere reimaginar la educación del futuro para no dejar a nadie atrás, y por el momento estamos dejando a mucha gente atrás”, concluyó.

Por último, Carlos Torrendell, el secretario de Educación de la Nación Argentina, comenzó su exposición señalando que desde el inicio de su gestión se preguntó cuál era el paradigma de planeamiento educativo al que podían recurrir en este contexto de la Argentina del siglo XXI. “¿Cómo planificamos la política educativa en un escenario tan complejo? No encontramos ningún libro que nos dé un puntapié inicial. Es por ello que recibí con mucha alegría la realización de este Foro. Todos los que exponen son de primer nivel, y espero que nos ayuden a encontrar algunas respuestas a esta pregunta”.

Y continuó: “¿Cómo organizamos los ministerios para esta situación? Todavía hay una buena porción de nuestros ministerios que están diseñados con la lógica del siglo XIX. ¿Cómo los modificamos o los mezclamos con otras dinámicas de organización? Esa es otra pregunta en la que también estamos trabajando”.

“Para terminar, me parece que, sin duda, nos falta profundizar en la relación entre planeamiento, evaluación y financiamiento. Parece que tenemos una lógica de distribución de los recursos que efectivamente no está vinculada a una lógica de incentivos. Yo no tengo una visión tecnócrata, pero tiene que haber alguna relación entre esa distribución de los recursos y alguna rendición de cuentas, no solo administrativas, sino en términos de los resultados educativos”, agregó.