Por Felipe Mendoza, Analista de Mercados Financieros ATFX LATAM
Los mercados financieros internacionales atraviesan una jornada de profunda incertidumbre y volatilidad, reflejando los efectos colaterales generados por decisiones políticas, conflictos geopolíticos y datos macroeconómicos mixtos en las principales economías del mundo. Estados Unidos encabeza las preocupaciones globales, con indicadores económicos que señalan claras tendencias recesivas, combinadas con presiones inflacionarias persistentes.
Según una encuesta publicada por CNBC, el PIB estadounidense del primer trimestre apenas crecerá un 0,3%, mostrando los efectos negativos provocados por los recientes aranceles impuestos por la administración Trump. La Fed de Atlanta acentúa esta tendencia pesimista con su índice del PIB cayendo al -2,8%, desde un -1,8% anterior, mientras que la Fed de Nueva York mantiene una previsión ligeramente optimista, proyectando un crecimiento del 2,86% para el primer trimestre y 2,63% para el segundo trimestre del año. Sin embargo, Goldman Sachs, tomando una postura más cautelosa, eleva su probabilidad de recesión en los próximos doce meses al 35%, frente al 20% previo. A esto se suma la incertidumbre expresada por UBS Global Wealth Management, que ha reducido el objetivo del índice S&P 500 para finales del año 2025, situándolo ahora en 6400 puntos, desde los anteriores 6600.
En materia inflacionaria, la Universidad de Michigan reporta un incremento en las expectativas de inflación, con las proyecciones a cinco años subiendo al 4,1% desde el 3,5% registrado en febrero. Este repunte inflacionario es confirmado por los recientes datos del índice de precios del gasto en consumo personal (PCE), mostrando un aumento interanual del 2,8% en febrero, superando ligeramente las previsiones anteriores.
El sector energético estadounidense no escapa a la incertidumbre, con una disminución en las plataformas petrolíferas activas reportadas por Baker Hughes, ahora en 484, frente a 486 del periodo anterior. Este panorama se ve agravado por una encuesta de Reuters indicando que una perspectiva de demanda más débil podría afectar significativamente al petróleo, dejando tambaleante a la OPEP+.
En el ámbito corporativo, las acciones tecnológicas atraviesan un momento crítico, con fondos de cobertura liquidando posiciones en el sector a una velocidad no vista en los últimos cinco años. Tesla sufre un duro golpe tras un incendio en un concesionario en Roma, donde se perdieron 17 vehículos, provocando una caída del 4,5% en el valor de sus acciones durante la sesión previa a la apertura de mercados.
El panorama político también contribuye significativamente a la volatilidad en los mercados. El presidente Trump, en una postura desafiante, considera incrementar aranceles hasta en un 20%, generando tensión tanto con aliados tradicionales como Canadá y Europa, como con economías emergentes como México, donde empresas como Ford, Stellantis y General Motors ya sienten los efectos negativos. Trump ha mostrado además interés en aplicar deducciones fiscales sobre los intereses para las compras de vehículos fabricados en EE.UU. y ha sugerido públicamente que los consumidores eviten adquirir vehículos extranjeros para sortear futuros aumentos en precios.
La incertidumbre política estadounidense se extiende al plano internacional, donde Trump asegura estar dispuesto a reunirse con líderes de Canadá y El Salvador, y muestra abiertamente su frustración con Rusia, específicamente con Putin, en relación con Ucrania. Las relaciones bilaterales con Rusia parecen mantenerse abiertas, especialmente con posibles proyectos conjuntos relacionados con tierras raras, aunque todavía en etapas preliminares. Por otro lado, Irán rechaza categóricamente cualquier negociación directa con Estados Unidos sobre su programa nuclear, añadiendo otra capa de complejidad a la ya tensa situación global.
Europa no escapa al impacto de estas decisiones. Francia enfrenta un duro golpe político al condenar a Marine Le Pen por malversación de fondos de la Unión Europea, prohibiéndole presentarse a las elecciones presidenciales de 2027 y dictándole una pena de prisión de cuatro años, con dos en suspenso. Simultáneamente, la UE busca atenuar los efectos negativos provocados por las medidas arancelarias estadounidenses preparando concesiones específicas en próximas negociaciones con Trump.
Desde el Banco Central Europeo, Panetta enfatiza que la lucha contra la inflación está lejos de terminar, destacando la necesidad de mantenerse vigilantes ante los factores económicos y geopolíticos que mantienen contenida la inflación. Joachim Nagel, también del BCE, aunque considera alentadoras algunas cifras recientes, llama a la prudencia antes de proclamar victoria.
En Asia, Japón y China presentan resultados mixtos. El índice Nikkei de Japón sufre una dramática caída superior al 4%, entrando en zona de corrección, afectado directamente por los aranceles impuestos por Estados Unidos. No obstante, su producción industrial mostró una leve recuperación con un aumento del 2,5% en febrero. China, por su parte, ofrece cifras positivas en su economía interna, con envíos de teléfonos móviles incrementándose un 37,9% en febrero, alcanzando 19,7 millones de unidades, y cifras positivas en su PMI manufacturero (50,5) y no manufacturero (50,8), mostrando cierta resistencia económica pese a la desaceleración global. Sin embargo, la industria siderúrgica china sigue en contracción, con el índice PMI específico para el sector aumentando ligeramente hasta el 46%.
Finalmente, el presidente brasileño Lula aboga por negociaciones arancelarias antes de tomar represalias contra Estados Unidos, mostrando prudencia en medio de las tensiones globales. Mientras tanto, las expectativas del consumidor estadounidense se deterioran, con el Índice de Miedo y Avaricia en niveles de extremo miedo (24/100), revelando claramente la fragilidad actual de los mercados financieros internacionales.
Dada la situación actual, se espera una semana particularmente volátil para los principales activos financieros. Es probable que el mercado accionario continúe presionado por la incertidumbre generada por los aranceles comerciales y las tensiones geopolíticas. La demanda por activos de refugio como el dólar estadounidense, bonos soberanos y oro podría fortalecerse, mientras que los precios del petróleo probablemente enfrenten mayor presión bajista debido a las preocupaciones sobre la demanda global. Se recomienda cautela y prudencia en la toma de decisiones durante los próximos días.