#RutaPerú: inversión privada y generación de igualdad de oportunidades son indispensables para el crecimiento del país

  • IPAE Asociación Empresarial presenta la Ruta Perú: “Del crecimiento económico al desarrollo”, elaborada por el exministro de Economía, Waldo Mendoza.

No hay desarrollo sin crecimiento. Con crecimiento alto y sostenido, muchos problemas pueden resolverse; sin él, muy pocos o ninguno. Hoy, más que nunca, necesitamos impulsar el crecimiento económico del país para afrontar la crisis que venimos atravesando por el alza de precios originada por la guerra en Ucrania y la situación económica mundial, que impacta sobre todo en la población más vulnerable.

Para continuar reduciendo la pobreza y cerrar las brechas que existen en el país se requiere retomar el crecimiento económico que en el largo plazo depende de la inversión privada y la apertura comercial. Para apoyar al país en el camino hacia esta necesaria meta, IPAE Asociación Empresarial ha elaborado la Ruta Perú: “Una vía para transitar del crecimiento económico al desarrollo”. Este documento, elaborado por Waldo Mendoza, exministro de Economía y profesor del Departamento de Economía de la PUCP, contiene una serie de recomendaciones para la implementación de medidas que permitan dinamizar la economía, promover el crecimiento económico y, a partir de esto, potenciar el desarrollo del país. Recomendaciones que urge se tomen en consideración frente al deterioro dramático de la calidad de la gestión pública en el actual gobierno.

En esta #RutaPerú se reflexiona sobre los grandes determinantes del crecimiento: la inversión privada y la apertura comercial. Así, en las tres últimas décadas se impulsó la primera a través de estrategias transversales como las políticas de estabilización y la apertura comercial de principios de la década de 1990, los artículos 60 y 62 de la Constitución Política de 1993 y los tratados de libre comercio. Además, se implementaron políticas sectoriales dirigidas a la minería y a la agroexportación, con un avance formidable en ambos sectores. Como resultado, el ritmo de crecimiento anual promedio de la inversión privada pasó de 2.1% en la década de los 80 a 7.2% en las siguientes tres. Asimismo, el efecto más importante del crecimiento económico en este periodo ha sido la reducción de la pobreza que bajó de más de la mitad de la población en 1997 a un poco más de la quinta parte en 2019 (pre pandemia).

Hoy, se requieren de medidas urgentes para lograr el desarrollo económico de toda la ciudadanía. Para lograrlo, se presentan tres medidas fundamentales.

  1. Para contribuir al tránsito del crecimiento al desarrollo económico, la política pública debe concentrar la atención en dos variables macroeconómicas y socialmente importantes: el crecimiento económico y la igualdad de oportunidades para los niños.
  2. Como el determinante más importante del desarrollo económico es el crecimiento económico alto y sostenido del PBI, urge restablecerlo. Para ese objetivo, hay que aprovechar la institucionalidad a favor de la inversión construida con las políticas transversales de las últimas tres décadas; no retroceder en lo avanzado y complementarlo con políticas sectoriales que se aproximen a las aplicadas exitosamente en la minería y la agroexportación.
  3. Pero el crecimiento económico es solo una condición necesaria para el desarrollo económico. Una de las vías para alcanzar el desarrollo económico, y contribuir al mismo tiempo, en el largo plazo, al crecimiento económico, es una política universal de igualación de oportunidades para los niños mediante la provisión de bienes y servicios básicos de calidad (por ejemplo, educación, agua, electricidad y saneamiento), que se traduzca en una elevación rápida y sostenida del Índice de Oportunidades Humanas (indicador del Banco Mundial que permite medir el avance en la igualación de oportunidades). Esto requiere de decisión política y estrategias inteligentes, así como de recursos, los cuales provienen del crecimiento económico, que alimenta a la recaudación. No es posible, entonces, transitar al desarrollo sin pasar por el crecimiento económico.

El milagro económico peruano, admirado en todo el planeta, no hubiera sido posible sin la estabilidad y crecimiento que ha experimentado el país en las últimas tres décadas.  Su efecto más importante ha sido la reducción de la pobreza, que descendió aproximadamente de 50% de la población en 1997 a cerca del 20% en el 2019. El determinante más importante del desarrollo económico que lo hizo posible es, sin duda, el crecimiento alto y sostenido del PBI. Con un crecimiento alto y sostenido, muchos problemas pueden resolverse; sin él, muy pocos o ninguno.