La pobreza en el Perú se logró reducir del 58,7% en 2004 a 20,2% en 2019. Continuar con esta reducción es una de las principales tareas del próximo gobierno, en especial debido a que, a causa de la pandemia, 1,8 millones de peruanos adicionales cayeron bajo la línea de la pobreza. La mejor manera de llevar a cabo esta tarea durante los próximos cinco años será con el fortalecimiento de una economía de mercado, operando de manera eficiente para que el país crezca y que ello se traduzca en oportunidades de desarrollo para sus ciudadanos. Sin embargo, también es necesario garantizar que las oportunidades se distribuyan equitativamente entre toda la sociedad. Por ello, es importante que las autoridades entrantes implementen un verdadero sistema de protección social que permita reducir la pobreza, la vulnerabilidad y la desigualdad, de acuerdo con sus posibilidades fiscales.
Nuestro sistema de protección social es precario. Frente a ello, IPAE Asociación Empresarial presenta la #RutaPerú: “Protección social para reducir la pobreza, la vulnerabilidad y la inequidad”, que pone a disposición del próximo gobierno y congresistas. Esta tiene por objetivo la reducción de la pobreza, la vulnerabilidad y la inequidad: “Para crear un sistema de protección adecuado, necesitamos: (i) que la economía crezca para que genere oportunidades productivas, dinamice el mercado laboral y procure recursos públicos; y, (ii) construir una institucionalidad en torno a herramientas articuladas con objetivos concretos, planteadas desde la evidencia y bajo principios de evaluación y rendición de cuentas. La #RutaPerú contempla ambos puntos”, indicó Elena Conterno, presidenta de IPAE Asociación Empresarial.
La propuesta cuenta con tres líneas de acción:
- Adaptar la estrategia de lucha contra la pobreza para que acompañe mejor al crecimiento económico
Es necesario establecer políticas diferenciadas para espacios rurales y urbanos. En el ámbito rural, es fundamental atender la escasa conectividad con el mercado, abordando brechas de infraestructura y acceso a servicios públicos, pero también fortaleciendo la capacidad productiva y comercial de las unidades económicas, mayoritariamente agropecuarias. A nivel urbano, la prioridad debe ser fortalecer el mercado laboral para que sea capaz de crear empleos formales a mayor velocidad. En el largo plazo, la formalización estará sustentada en una mejor construcción del capital humano que permita superar brechas de productividad y competitividad. En el corto plazo, es posible avanzar transformando la legislación laboral y tributaria, volviéndola más amigable con la creación del empleo formal.
- Reforzar la construcción de capital humano, sobre todo entre la población más pobre
Este eje busca mejorar el desarrollo de todos los peruanos desde la primera infancia, incluidas sus condiciones de salud y los aprendizajes que logran a lo largo de su vida. Para ello, se debe en primer lugar escalar el Programa Nacional Cuna Más, para promover el aprestamiento infantil y fortalecer el cuidado en el hogar. Además, es necesario combatir la anemia y desnutrición a través de controles de crecimiento, vacunación, higiene en el hogar, consumo de hierro y multimicronutrientes y prácticas alimentarias saludables. Finalmente, se debe potenciar la educación, a través de una adecuada infraestructura en las escuelas, la universalización del nivel inicial, la mejora de la calidad docente, implementación de la jornada escolar completa, refuerzo curricular; así como garantizar condiciones mínimas para el aprendizaje al interior de los hogares.
- Atender los riesgos de enfermedad y pérdida de capacidad de trabajo por envejecimiento
Para que los peruanos tengan una protección social efectiva, es indispensable implementar sistemas de aseguramiento de salud y un sistema previsional de naturaleza universal. En cuanto a la salud, se debe fortalecer el rol rector del Ministerio de Salud, quitándole la función de prestación y creando entidades especializadas en la prestación de servicios. Al mismo tiempo, es importante dotar al Seguro Integral de Salud (SIS) de mayores recursos y cerrar las brechas de calidad, en especial en el primer nivel de atención.
Respecto al sistema previsional, la prioridad debe serproducir más y mejores pensiones al menor costo posible. Ello implica resolver distorsiones como condicionalidades excesivas en el sistema público y liberalización de los fondos en el sistema privado. Asimismo, se debe migrar hacia un sistema de pensiones integrado en tres pilares: subsidiado, semi-subsidiado y contributivo; de acuerdo con la posición de la familia en la distribución de ingresos.