Sector textil innova su producción para aumentar facturación hasta un 15%

  • Según el experto, antes el consumidor podía valorar un producto más caro, pero que le dure más tiempo, usarlo unos cinco años, ahora quiere un producto barato que usa y valora solo por un año.

Durante el periodo de crisis del COVID-19, el sector textil paralizó su producción y como resultado cayeron sus ventas a causa del cierre de las tiendas. Esto ha dado pie a un importante replanteamiento de conceptos que incluyen una industria más sostenible. En Perú, algunas marcas anuncian una nueva tendencia en sus productos para aumentar su facturación y adaptarse a las nuevas necesidades del consumidor.

Según Joaquín Otero, gerente general de Texcope, la tendencia de mercado de Estados Unidos es consumir ropa confeccionada a base de material reciclado, mientras que en el Perú se está optando por ‘fast fashion’, es decir, prendas de vestir que tienen un tiempo de vida corto (un año aproximadamente), pero que son más baratas.

“Anteriormente, el cliente podía valorar un producto más caro pero que le dure más tiempo (usarlo cinco años aproximadamente). La tendencia de ahora es que el consumidor compre prendas para usar solo por un año, buscando opciones más baratas para tener mayor rotación”, comentó.

Por ejemplo, Otero explica que el 10 % del total de la facturación de Texcope proviene de nuevos productos que incluye la nueva tendencia ‘fast fashion’, por eso buscan introducir innovaciones a su portafolio constantemente. “Todos los productos tienen un ciclo de vida por mejores que sean, probablemente en cuatro o cinco años un producto quede obsoleto y hay que buscarle reemplazo”, señala.

Exportación

El experto indica que el mercado está abierto a la innovación, por lo que las marcas deben apostar por nuevos productos, lo que podrá incrementar las ventas en 15 % durante el 2023, según proyecta Texcope.

Asimismo, remarca que el 2023 tiene factores favorables, como la estabilización de precio de los fletes internacionales. Relata que desde mayo del 2020 los precios bajaron desde los US$ 17.000 hasta los US$ 2.000 en que se encuentran actualmente.

“El flete estará como antes de la pandemia. Los fletes estarán entre US$ 2.000 y US$ 3.000, que es lo normal, no tendrían que aumentar su precio. Quizás algunos puertos particulares aumenten sus costos, pero no será algo tan significativo”, agrega.

A pesar de esto, señala que un costo adicional que se debe considerar es el incremento de tasas de interés. Detalla que su negocio se financia a través de los bancos, por lo que nuevos incrementos significarán un aumento de su costo de operación.