Bajo la sombra de la incertidumbre política y déficits fiscales, la rebaja de la calificación de Perú por S&P plantea desafíos económicos y cuestiona la confianza de los inversionistas.
La agencia S&P ha rebajado la calificación crediticia de Perú a «BBB-» desde «BBB», lo que lo acerca a perder su grado de inversión, principalmente debido a la incertidumbre política que está limitando el crecimiento económico. Esta situación retrocede al país al nivel registrado entre 2008 y 2011.
Se espera una recuperación económica moderada para Perú en los años 2024-2025, tras la contracción del Producto Bruto Interno (PBI) el año pasado. Sin embargo, la fragmentación del Congreso y el limitado capital político del Gobierno están impactando negativamente en la confianza de los inversionistas del sector privado, lo que supone un obstáculo para el crecimiento económico.
De acuerdo con S&P, el complejo panorama político se espera que persista hasta las próximas elecciones, lo que limita la capacidad del Gobierno para implementar políticas favorables a la inversión y al crecimiento económico.
Por otro lado, S&P señala que los déficits fiscales se reducirán gradualmente, alcanzando aproximadamente el 2% del PBI en 2027, aunque para 2024 ya se ha establecido un límite de déficit del 2% del PBI que probablemente no se cumplirá.
¿Qué dice el MEF?
El titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), José Arista, se comunicó con la prensa y lamentó los efectos de la fragmentación política y la falta de institucionalidad en la justicia en la calificación crediticia del país.
“Igual seguiremos trabajando para generar más desarrollo y mayor bienestar, sobre todo, en los sectores menos favorecidos y volver a recuperar los puntos perdidos”, se comprometió Arista en una exclusiva con el diario Gestión.
Sin embargo, la situación no está del todo mal. Arista, también señaló que Fitch Ratings mantiene la calificación crediticia de Perú sin cambios.
Las implicaciones de la rebaja
La rebaja en la calificación crediticia podría tener repercusiones en las empresas peruanas, poniéndolas en riesgo especulativo, advierten expertos.
S&P reconoce que los buenos precios y la demanda de cobre podrían impulsar los ingresos del Estado en el mediano plazo, pero no menciona que no generarán el crecimiento económico esperado en esta situación.
De acuerdo con la calificadora de riesgo, aunque los precios favorables y la demanda creciente de cobre pueden impulsar el crecimiento económico a mediano plazo, este estará condicionado principalmente por la capacidad de mantener la confianza de los inversionistas.