Por Francisca Heine, gerente de Marketing y Nuevos Negocios ITQ latam
Cierto, la presencia femenina es baja en la mayoría de las industrias que a lo largo de la historia han sido masculinizadas, como es el área de las tecnologías de la información, TI. Según el reporte Pulso de la Demanda de empleos TI, desarrollado por el Observatorio Laboral del Sence, de las 10 mil 358 personas que se desempeñan en perfiles vinculados a las TI, solo un 16% son mujeres.
Pese a las diversas iniciativas y programas, la mujer aún tiene que elegir entre una vida laboral o una familiar, evidenciando varios retos pendientes. Entre ellos, el salarial: como señala el Informe Global de Brecha de Género 2023 del Foro Económico Mundial, Chile ocupa la posición 96 de 146 países, con una brecha del 36% respecto de la participación laboral, salario y el acceso a posiciones de liderazgo. Es decir, los desafíos para lograr una mayor equidad de género persisten.
De esa manera, se hace urgente incorporar y ampliar una cultura empresarial que incentive un modelo de trabajo híbrido, potencie el desarrollo de carrera, elimine prejuicios y fomenten un buen clima laboral de confianza.
Sin duda, queda todavía mucho por avanzar en una cultura empresarial que entienda y asuma una co responsabilidad social con las labores del hogar y el trabajo adicional que tienen las mujeres en la casa. Aunque nunca he sido de la idea de que se necesite un incentivo para lograr las cosas que queremos, esa comprensión es el mejor incentivo para una mujer que busca desarrollarse laboralmente.
También es imperativo que la Academia y el Estado implementen políticas de largo plazo con planes de trabajo que inviten a la sociedad y a la mujer a ser innovadora y tecnológica.
No obstante, aquí de lo que se trata es de oportunidades, de aprovechar el talento femenino y potenciarlo de manera transversal en toda la sociedad, desde la infancia, la familia, los padres, los colegios. Las personas somos lo que escuchamos, somos nuestro entorno con experiencias y vivencias. Si desde pequeñas recibimos estímulos e incentivos que refuercen la idea de que somos capaces de todo, vamos a desarrollarnos como mujeres power. No nos vamos a sentir menos que otro ni a dudar de nuestro potencial.
Si queremos más mujeres en industrias que tradicionalmente han sido terrenos de hombres, el trabajo es de todos.