El aumento de la demanda de los clientes de servicios respetuosos con el medio ambiente, el endurecimiento de las normas ambientales y las crecientes expectativas de una mayor responsabilidad social corporativa, son algunos de los factores claves que influyen en las empresas para implementar estrategias para una última milla en logística sustentable y sostenible.
En vista de ello, la logística presenta una gran oportunidad para avanzar por rumbo «verde», considerando que es una de las industrias más contaminantes a nivel global a raíz de la necesidad de combustibles fósiles que tienen sus medios de transporte.
En esta línea, particularmente la última milla -el tramo final del proceso logístico que comprende desde que el producto se despacha hasta que llega a manos del cliente final- presenta grandes oportunidades para disminuir el impacto que pueden tener sus operaciones sobre el medioambiente.
En este contexto de crisis climática, donde las regulaciones irán aumentando y serán cada vez más estrictas, ¿puede ser la logística aliada de la sostenibilidad? Álvaro Echeverría, CEO de SimpliRoute, responde: “La respuesta es sí, y tiene que serlo para que las empresas de logística puedan mantenerse en el tiempo”. Asimismo, el vocero, agregó: “Se puede establecer una relación virtuosa entre rapidez, cuidado hacia el medioambiente y comodidad”.
En esta línea, el ejecutivo comparte 3 estrategias para que los procesos de última milla de las empresas conjuguen la sustentabilidad, rapidez y comodidad en sus procesos, mejorando la experiencia que entregan hacia sus clientes finales:
- Incentivar la entrega ecológica
Es importante destacar que la necesidad de sustentabilidad en los procesos de última milla ha generado en varios países un nuevo interés por las entregas a pie y en transporte público, ya que van generalmente aparejadas de una economía colaborativa y cero emisiones de CO2.
Así como éstas, hay muchas otras alternativas a partir de las cuales se pueden hacer las entregas sin necesariamente recurrir a los vehículos a base de combustibles fósiles, que pueden implicar un gasto innecesario y, además, mayor contaminación hacia el medioambiente.
El ruteo a pie es una de estas alternativas, y está pensado para entregar cierto tipo de paquetes, generalmente pequeños, en radios acotados. Tiene muchas ventajas: a pie no se necesita discriminar el sentido de las calles, y las rutas puede cruzar un parque o plaza sin rodearlo.
2- Incentivar el ahorro de combustible
El comportamiento del transporte vehicular, causante de grandes atochamientos en ciudades con gran movimiento, no solo complica a los transeúntes, sino también a las empresas de transporte de productos. Evitar seguir rutas que consideren zonas congestionadas podría ser una alternativa a esta problemática, así como también despachar de noche.
Sin embargo, hay otras estrategias también, comenta Echeverría, como por ejemplo cargar los camiones de tal modo que se puedan entregar los pedidos más pesados al inicio y los más livianos al final, también ayuda a ahorrar combustible. Todo esto, por supuesto, aparejado de una planificación de rutas que tenga sentido y que busque hacer eficientes los trayectos por zonas geográficas definidas.
3- Ofrecer packagings sostenibles
Los envases ecológicos vienen siendo una de las mejores alternativas para reducir la contaminación por exceso de residuos. La vida útil del plástico puede llegar a ser sólo de 5 minutos, permaneciendo entre 5 y hasta 50, e incluso miles de años en el ecosistema, dependiendo de su estructura. Los empaques compostables, por el contrario, están pensados para que los usuarios finales que los reciban los procesen fácilmente para que vuelvan a la tierra.
Otra forma de fomentar la sustentabilidad de los packagings es a través del reciclaje. Incentivar a los clientes que guarden y reutilicen los envases en que reciben sus productos, así como también que los reciclen, puede marcar una gran diferencia medioambiental.