Trump y China, ¿el Quiebre del orden financiero internacional?

Los mercados también sufrieron fuertes caídas superiores al 4% en las bolsas del continente.

En una jornada marcada por una profunda dislocación de los mercados financieros globales, los operadores e inversionistas enfrentan una nueva fase de volatilidad e incertidumbre, desencadenada por la implementación de aranceles generalizados por parte de la administración del presidente Donald Trump, y la rápida respuesta de China, elevando aún más la tensión geopolítica y comercial. El impacto se ha sentido de forma transversal en los activos de renta variable, renta fija, divisas y materias primas, dejando entrever un panorama global fracturado y un sistema financiero en búsqueda de nuevos puntos de equilibrio ante un entorno cargado de riesgo sistémico.

En Estados Unidos, el dólar cayó con fuerza por segundo día consecutivo, hundiéndose frente a la mayoría de sus contrapartes, especialmente el dólar canadiense (USD/CAD por debajo de 1.4200) y el yen japonés, como consecuencia de las crecientes preocupaciones sobre una recesión inminente. La curva de rendimientos del Tesoro estadounidense reflejó el pánico de los inversionistas: el rendimiento del bono a 10 años subió 5 puntos básicos hasta 4,35%, acumulando un alza de más de 40 puntos básicos en la semana, mientras que el bono a 30 años superó momentáneamente el 5%, nivel no visto desde noviembre de 2023. Las ventas masivas también se extendieron a los mercados de deuda del Reino Unido y Japón, con los rendimientos británicos alcanzando máximos desde 1998 y los bonos japoneses a 40 años marcando récords históricos.

El S&P 500 registró una caída superior al 12% para la jornada del martes, el retroceso más abrupto desde que se anunciaron los aranceles globales la semana anterior. El volumen negociado fue igualmente excepcional: más de 23 mil millones de acciones cambiaron de manos en una sola sesión. Paralelamente, los futuros de acciones estadounidenses oscilaron entre ganancias y pérdidas en la mañana del miércoles, reflejando la extrema cautela del mercado. Analistas coinciden en que preservar capital en condiciones de alta incertidumbre es la estrategia más prudente.

En cuanto a los datos económicos, los inventarios mayoristas de febrero mostraron una subida final de 0,4%, en línea con lo previsto. En tanto, los inventarios de crudo de la EIA se proyectaban en 2,6 millones de barriles frente a los 6,165 millones anteriores. Las solicitudes hipotecarias aumentaron un 20% en la semana que finalizó el 4 de abril, en parte debido a la caída momentánea de tasas generada por la volatilidad de los mercados.

Las tensiones políticas también se intensificaron: el secretario del Tesoro estadounidense, Bessent, advirtió que China debería evitar una devaluación de su moneda, equilibrar su economía hacia un mayor consumo interno y castigar a quienes exportan precursores de fentanilo a EE. UU. Asimismo, en entrevistas con Fox Business, insistió en que «todo está sobre la mesa», incluida la posibilidad de eliminar empresas chinas de las bolsas estadounidenses. China respondió elevando los aranceles a productos estadounidenses hasta un 84%, denunciando las medidas de Trump ante la OMC por considerarlas «temerarias», e insistiendo en su disposición a «luchar hasta el final».

El precio del oro subió 2% al calor de la aversión al riesgo, mientras que la plata (XAG/USD) se disparó por encima de los $30 por onza. El petróleo Brent cayó por debajo de sus niveles clave de soporte de 2024, arrastrado por el colapso de la demanda global y las consecuencias del conflicto comercial, registrando una caída acumulada del 20% en abril. Walmart retiró su previsión de ingresos operativos trimestrales, citando los efectos de los aranceles, mientras Delta Airlines también anuló sus estimaciones para 2025 ante la desaceleración en las reservas aéreas.

En el frente corporativo, el desplome bursátil alcanzó a gigantes como Apple, cuyo valor ha retrocedido un 23% desde el inicio de la ofensiva arancelaria. Dave Portnoy reveló pérdidas de $20 millones en acciones y criptomonedas, y Tesla también sufrió por las tensiones con China. Sin embargo, analistas destacan oportunidades entre las automotrices estadounidenses como Ford y General Motors, que podrían beneficiarse del proteccionismo. Benchmark calificó como “excesiva” la venta masiva de acciones de Tesla, recomendando su compra.

Al mismo tiempo, el mercado ETF mostró movimientos inusitados con YieldMax™ anunciando distribuciones excepcionales: SMCY (102,27%), MSTY (101,29%), ULTI (78,88%) y otros, reflejando un fuerte realineamiento de flujos. Netflix posicionó cuatro filmes indios entre los 10 más vistos a nivel global, y empresas como Roots y Raising Cane’s sorprendieron con resultados sólidos pese a la tormenta económica. Mientras tanto, nuevas investigaciones se abren en EE.UU. por el token LIBRA en Argentina, y se recrudecen las investigaciones sobre universidades como Cornell y Northwestern en medio de la campaña electoral de Trump.

En Europa, los mercados también sufrieron fuertes caídas superiores al 4% en las bolsas del continente, en reacción directa a la escalada arancelaria. El euro, sorprendentemente, mostró fortaleza como activo refugio según Rabobank. El BCE, por su parte, se mantuvo firme en su postura, con Holzmann declarando que no ve razones para recortar tasas, aunque admitiendo que el crecimiento será más débil. Escriva, en cambio, advirtió que «los peores escenarios están materializándose», lo que coincide con el pronóstico de Morgan Stanley de recortes de 25 puntos básicos en septiembre y diciembre, anticipando que la tasa de referencia del BCE se ubicará en 1,5% en diciembre de 2025.

En Alemania, Friedrich Merz cerró un acuerdo de coalición con los socialdemócratas y se perfila como próximo canciller. La eurozona, sin embargo, enfrenta un deterioro económico que llevó a Morgan Stanley a recortar su previsión de crecimiento del PIB para 2025 a solo 0,8%. El Reino Unido, expuesto a la volatilidad global, recibió una advertencia del Banco de Inglaterra sobre posibles correcciones agudas en los mercados.

En Asia, la situación no es menos compleja. China impuso nuevos aranceles del 84% a productos estadounidenses desde el 10 de abril, mientras su primer ministro, Li Qiang, reiteró que el país está preparado para enfrentar las incertidumbres globales, impulsará la demanda interna y aplicará políticas macroeconómicas proactivas. También anunció nuevas medidas para estabilizar el consumo y ampliar el apoyo a las empresas. La misión china ante la OMC presentó una nueva queja formal contra Estados Unidos, mientras que Beijing añadió más empresas estadounidenses a su “lista de entidades poco confiables”.

La presión internacional se intensifica: la Unión Europea estudia contramedidas, aunque Hungría se pronunció en contra. En paralelo, la UE presentó un ambicioso plan para convertirse en el “continente de la IA” mediante reglas más simples e infraestructura robusta. En el ámbito empresarial, ZEISS recibió la aprobación de la FDA para su tecnología INTRABEAM 700, y Universal confirmó la apertura de su primer parque temático en Europa, cerca de Londres.

En mercados emergentes, India se prepara para una extradición clave desde EE.UU. relacionada con los atentados de Mumbai en 2008, y los bancos de Hong Kong lanzaron líneas de crédito flexibles a las PYMEs para enfrentar la guerra comercial. China, por su parte, reportó una recuperación económica sostenida en el primer trimestre, aunque reconoció presiones externas significativas. UOB y OCBC advirtieron sobre movimientos técnicos en las divisas USD/JPY, USD/CNH y EUR/USD, mientras el franco suizo emerge como claro ganador en medio de la turbulencia.

Finalmente, Rusia respondió a amenazas de bombardeo estadounidense sobre Irán afirmando que “no funcionarán”, mientras el Kremlin investiga muertes civiles durante la ocupación ucraniana en la región de Kursk.

La nueva oleada de aranceles de Trump ha reconfigurado por completo el tablero macroeconómico y financiero global. Lejos de ser una táctica negociadora temporal, la magnitud de las respuestas chinas y el deterioro del mercado de bonos estadounidenses apuntan a una ruptura estructural del orden comercial postglobalización. En este contexto, el dólar estadounidense pierde atractivo como refugio, mientras activos como el oro, la plata y el franco suizo se reposicionan como coberturas ante una posible crisis sistémica.

A corto plazo, los mercados seguirán dominados por la volatilidad y el flujo hacia activos defensivos. El desplome de los mercados bursátiles, la caída de gigantes tecnológicos y el incremento de los costos de financiamiento anticipan una desaceleración económica profunda en la segunda mitad del año. A mediano plazo, la combinación de proteccionismo agresivo, pérdida de confianza en la deuda soberana estadounidense y debilitamiento del comercio internacional, podría desembocar en una recesión sincronizada entre las principales economías del mundo.

En este escenario, los inversionistas deberán priorizar estrategias de preservación de capital, rotación sectorial hacia industrias protegidas y una mayor asignación en activos duros, como metales preciosos. La era de los rendimientos fáciles y la globalización como axioma ha llegado a su fin. Comienza una etapa de resiliencia, selección rigurosa de riesgos y profunda reconfiguración del sistema financiero global.