En momentos de crecimiento acelerado, la auditoría ayuda a identificar riesgos y mejorar la gestión financiera.
En un entorno empresarial cada vez más regulado y competitivo, la auditoría financiera ha dejado de ser una simple formalidad para convertirse en una herramienta clave. Asegurar la precisión y confiabilidad de los estados financieros es fundamental, no solo para cumplir con las normativas legales, sino también para fortalecer la confianza de inversionistas, socios y stakeholders. Pero, ¿cuándo es el momento adecuado para realizar una auditoría financiera?
“Una auditoría financiera asegura que una empresa esté lista para enfrentar retos y oportunidades. No es solo una revisión de números, es una herramienta que recoge diversas variables y brinda una visión integral del estado financiero de la organización y su capacidad de crecimiento”, detalla Gary Salazar, socio de Ecovis Perú.
Crecimiento acelerado: Un indicador para auditar
Cuando una empresa atraviesa un periodo de expansión rápida, es frecuente que se pierda el control sobre algunos aspectos financieros. Según Salazar, “un crecimiento acelerado puede llevar a inconsistencias en la contabilidad y errores en la gestión financiera. En estos casos, una auditoría no solo es recomendable, sino crucial para asegurar que el crecimiento sea sostenible y que los recursos se utilicen de manera eficiente”.
Este servicio permite identificar riesgos financieros y tomar medidas correctivas antes de que se conviertan en problemas mayores. “Una auditoría financiera bien ejecutada puede detectar desviaciones en los costos o un mal manejo de inventarios”, añade.
Cumplimiento normativo y confianza de inversionistas
En sectores regulados, como la banca o los seguros, las auditorías son un requisito legal. Sin embargo, en industrias menos reguladas, auditar periódicamente mejora la transparencia y refuerza la confianza de las partes interesadas. “Cumplir con la ley es solo una de las razones para auditar, pero una auditoría ofrece a los directivos, accionistas y terceros interesados una visión clara de la salud financiera de la empresa”, explica Salazar.
Además, las empresas que buscan atraer inversionistas o asegurar financiamiento también se benefician de auditorías regulares. “Para un inversionista, una empresa que audita sus estados financieros de manera periódica transmite confianza y seguridad”, puntualizó Salazar.
Preparación para fusiones y adquisiciones
Cuando una empresa se prepara para una fusión o adquisición, contar con un informe de auditoría es fundamental. “Una auditoría bien realizada es como una carta de presentación impecable ante potenciales compradores. Brinda transparencia y minimiza incertidumbres”, señala Gary Salazar.
Lejos de ser sólo una obligación, la auditoría financiera es un recurso estratégico para garantizar la estabilidad y el crecimiento a largo plazo. “Una auditoría efectiva no solo brinda seguridad a los stakeholders, sino que también ayuda a la empresa a prosperar en un entorno económico cambiante”, concluye.