Durante los primeros meses de la pandemia, hubo un gran debate sobre el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, y su supuesta relación con cuadros clínicos más grave y complicaciones adicionales en pacientes con COVID- 19. Este debate se convirtió en el tema de publicación de varios artículos, como el de Nicholas Moore et al., 2020 [1].
El artículo en cuestión, además de explicar el origen de este debate, señala que las advertencias emitidas por el Ministerio de Salud del gobierno francés en marzo de 2020 se basaron en informes no confirmados de que pacientes con casos graves de COVID-19 habían estado expuestos al ibuprofeno [1].
De esta manera, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó que se inicien estudios que analicen el papel de los AINEs y la gravedad del cuadro clínico generado por el COVID-19 [2].
Las preocupaciones iniciales surgieron sobre el mecanismo por el cual, en teoría, los AINEs podrían ser dañinos en los pacientes con Covid-19. Por ejemplo, el incremento de receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) ubicados en los pulmones, riñones, arterias, corazón e intestinos, y utilizados por SARS-CoV-2 como punto de entrada clave en las células. La otra preocupación era que los AINE podrían retrasar o interferir con el diagnóstico de COVID-19 al enmascarar la fiebre y la inflamación resultante [1].
En un estudio reciente publicado en Lancet Rheumatology [3], los autores utilizaron datos del Protocolo de Caracterización Clínica de ISARIC (UK) que les permitió el acceso a más de 72.000 pacientes ingresados en el hospital con Covid-19 (más de 40.000 hombres y más de 31.000 mujeres) desde enero a agosto de 2020. El estudio consideró pacientes con Covid-19 confirmado o altamente sospechoso ingresados en 255 hospitales en Inglaterra, Escocia y Gales. De los 72,179 pacientes seleccionados, el 5,8% (4.211) había tomado AINE antes de la admisión.
El estudio reveló, entre otros resultados, que:
- El 30% de los 4.200 pacientes que habían tomado AINE antes de ser admitidos en el hospital murieron, mientras que el 31% de los 68.000 pacientes que no habían tomado AINE también lo hicieron. Es importante destacar que los autores encontraron que en pacientes con enfermedad reumatológica subyacente (osteoartritis y artritis reumatoide), el uso de AINE no aumentó el riesgo de muerte por Covid-19.
- Los pacientes del estudio que tomaron AINE no tenían más probabilidades de ser admitidos en la UCI (unidad de cuidados intensivos) que aquellos que no los tomaron, requerir ventilación invasiva (intubación) o no invasiva o necesitar oxígeno.
De esta manera, los autores de este estudio concluyeron que el uso de AINE no está asociado con una mayor mortalidad o gravedad en los casos clínicos de pacientes con COVID-19 [3].
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