Las herramientas digitales facilitan las tareas cotidianas de nuestra sociedad. A raíz de la pandemia, la necesidad forzada por parte de los emprendedores de adaptarse a las nuevas necesidades del mercado, consolida la digitalización como una obligación para todos. Inicialmente, en lugar de hacer largas colas para comprar un servicio o adquirir un bien, las personas comenzaron a realizar compras online para evitar el contacto con alguien que pudiera transmitirles un contagio. En la actualidad, las personas deciden hacer todo tipo de transacciones por internet, básicamente, porque es más accesible y seguro. Hoy en día, más del 70% de peruanos cuentan con acceso a Internet y más de 9 millones realizan al menos una transacción por la web.
De esta manera, los medios de pago sin contacto vienen impulsando el avance hacia una sociedad sin efectivo, mejorando la experiencia de pago del usuario, quien no tendrá que la necesidad de portar su billetera física a todas partes, con su celular es suficiente.
Las entidades financieras tuvieron que crear canales alternativos para que sus usuarios puedan realizar sus transacciones sin necesidad de salir de casa. Por ejemplo, crear o aliarse con aplicativos móviles, mejorar la experiencia de usuario de sus páginas web, incrementar los cajeros automáticos donde se puedan hacer transacciones, pagos online, etc. Todos estos cambios significaron un enorme esfuerzo por parte de estas entidades, pero implican una oportunidad de mayor inclusión financiera en la sociedad peruana.
En los últimos meses, nuestro país ha atravesado diversas circunstancias que han colocado a la inclusión financiera como un punto de agenda interesante, especialmente para aquellas zonas donde no hay incursión de este tipo de tecnologías, según refirió el Instituto Peruano de Economía (IPE). En ese sentido, Caja Trujillo ha rediseñado sus productos con nuevos procesos para adecuarse a la nueva normalidad.
De acuerdo con el estudio Global Findex 2017, elaborado por el Banco Mundial, en el Perú solo el 43% de la población adulta accede a una cuenta bancaria. Asimismo, de acuerdo con la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), seis de cada diez peruanos no tienen una cuenta de ahorros en el sistema financiero formal pues no ven ninguna ventaja en contar con una cuenta, desconocen este tipo de ahorro o no tienen ingresos suficientes.
La industria financiera no solo puede enfocarse en brindar las facilidades en la experiencia de usuario, sino también, debe haber un enfoque educativo de por medio, el cual permitirá que más personas sepan cómo invertir su dinero y gestionarlo. Este uso adecuado será de beneficio para todo participante del sistema financiero, puesto que la profundización en conocimientos financieros contribuyen a una mayor formalización de la economía. Asimismo, permite la eliminación paulatina de asimetrías de información y estimula la competencia entre los actores financieros, favoreciendo la canalización de los ahorros hacia inversiones productivas.