Por: Juan Carlos Sánchez Montes de Oca
La incertidumbre que vivimos los peruanos es propiciada hoy, por el gobernante de turno, su accionar genera inestabilidad política, y sobretodo atenta contra el desarrollo nacional.
La confrontación es la peor política que puede aplicar un gobernante, si entiende la verdadera misión de un Estadista: hombre de Estado, cuyo rol fundamental es administrar eficientemente el Poder y solucionar los problemas que adolece la nación.
Bajo esta perspectiva en lo que va del año, el país se encuentra a la deriva, no hay horizonte claro, nadie sabe si habrá adelanto de elecciones, referéndum, vacancia presidencial, golpe de Estado, etc., etc.
Este panorama trae consigo que las expectativas de los ciudadanos, las cuales, siempre fueron alentadoras se vayan convirtiendo en negativas. Este hecho de por sí afecta la economía ya que la economía tiene un alto componente psicológico, que son las expectativas, al no haber estabilidad política, lo primero que hacen los ciudadanos es dejar de invertir, lo cual, rompe el circulo virtuoso de la economía, ya que la inversión genera empleo e impuestos, conduciendo a una baja de la producción. Ello explica la caída del PBI para este año.
El mensaje brindado en estos meses y la percepción que tiene los ciudadanos del Perú y del Mundo, es de un Presidente confrontacional sólo con el Congreso, es obvio, el Congreso no goza de la popularidad de la ciudadanía, aquí en el Perú y en todo el mundo. Véase el caso del Parlamento Inglés cerrado por un mes. Esta estrategia te da réditos inmediatos, quien no se harta de tanto personaje que vemos en el Congreso, sin embargo, este sistema democrático durante los últimos años funciono, sin dejar, de tener en cuenta sus deficiencias e injusticias sociales.
Su accionar en Arequipa reflejo un comportamiento errático, débil para un gobernante, cuya función es gobernar no para la tribuna sino para la nación, que se vean los resultados de su manejo administrativo, no todo son reformas políticas, por Dios, en otras palabras, la ciudadanía quiere que el gobierno cumpla con los requerimientos ciudadanos y ello se hace a través de la ejecución del Presupuesto de la República. No somos un país pobre tenemos un Presupuesto anual que bordea 169,000 millones de soles, no se ven reflejados por la falta de ejecución presupuestal. Para muestra un botón se otorgó una partida para hacer 8,000 casas calientes por las heladas al Ministerio de Vivienda, está pasando el tiempo de las heladas y no se construyó ni una casa. ¿Eso es gobernar? .
Un gobernante debe generar estabilidad, manejar adecuadamente las relaciones de Poder y sobretodo tiene que obtener resultados y ello se hace ejecutando el Presupuesto de la República y sobretodo tener claro que el Perú no es una isla y el mundo aprecia todo tu accionar. Hoy lo que más hay en el mundo son recursos financieros y ellos se manejan teniendo en cuenta la estabilidad de los países, en todo sentido y toman en cuenta como primer factor al gobernante y a la clase política, de ellos, depende la nación y todo lo que pase en un país.
Gobernar no significa controlar los medios de comunicación, a través de groseros contratos de publicidad estatal o mediante el desarrollo de partidas presupuestales para consultores que terminan siendo opinólogos del gobierno que esconden la realidad del país. Eso no es gobernar, mantener a la ciudadanía distraída te da un tiempo, la realidad sola se va reflejando. Todo ello tiene un límite y vemos con preocupación en las calles la aparición de peruanos mendigando, hecho que ya habíamos dejado de ver.
Señor Vizcarra gobierne y no genere más inestabilidad por el bien del país. En términos generales demandamos a la clase política que de una vez encuentre una solución y vuelvan al país, un país predecible por el bien de todos nosotros.