Volatilidad, aranceles y ajustes monetarios marcan la semana financiera global

Por Felipe Mendoza, Analista de mercados financieros ATFX LATAM

Los mercados financieros internacionales navegan una semana marcada por elevada volatilidad, decisiones de política monetaria, tensiones geopolíticas y señales de desaceleración estructural en múltiples frentes económicos. Estados Unidos concentra una importante actividad tanto en el frente económico como político, mientras el sector corporativo reordena estrategias y las economías europeas y asiáticas se adaptan a un entorno más restrictivo e incierto.

En Estados Unidos, los inversores observan con atención el posicionamiento de los Commodity Trading Advisors (CTAs), que por primera vez desde 2023 han adoptado una postura netamente corta en acciones, especialmente en índices como S&P, Nasdaq y Russell. Según Goldman Sachs, estas posiciones no se revertirán al menos hasta la implementación formal de los nuevos aranceles el próximo 2 de abril. Este cambio de dinámica coincide con un vencimiento masivo de opciones —conocido como la “triple hora bruja”— por valor aproximado de 4,7 billones de dólares, evento que, aunque no suele generar movimientos determinantes por sí solo, podría amplificar la volatilidad debido al restablecimiento de precios de ejercicio.

El mercado laboral estadounidense también ofrece señales mixtas. Las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo se ubicaron en 223.000, en línea con las previsiones, mientras que las renovaciones de subsidios alcanzaron las 1.892.000. En paralelo, el índice líder cayó un 0,3 % en febrero, superando en negatividad las expectativas del -0,2 %, y reflejando condiciones menos favorables para el crecimiento. En contraste, el mercado inmobiliario mostró un repunte con ventas de viviendas de segunda mano creciendo un 4,2 % mensual, alcanzando los 4,26 millones de unidades, superando ampliamente tanto la previsión como la lectura anterior.

A nivel fiscal, la Casa Blanca evalúa una segunda ronda de despidos masivos que implicaría la pérdida de decenas de miles de empleos federales. A esto se suma una presión política creciente sobre la Reserva Federal. En la cumbre del DAS de Blockworks, declaraciones pregrabadas de Donald Trump dejaron claro su deseo de tasas de interés más bajas y anticipó que impondría aranceles significativos. Su asesora, Leavitt, recalcó que “habrá grandes aranceles” y criticó abiertamente las decisiones de la Fed.

En el plano corporativo, Apple protagoniza dos noticias relevantes. Por un lado, reorganiza su cúpula ejecutiva de inteligencia artificial con el objetivo de renovar a Siri, una señal clara de su estrategia para recuperar competitividad en el campo. Por otro, se confirma que su unidad de streaming acumula pérdidas superiores a los 1.000 millones de dólares anuales, lo que pone en tela de juicio la viabilidad del modelo de contenido original de la compañía. Nvidia, por su parte, anunció la apertura de un laboratorio de investigación cuántica en Boston, consolidando su liderazgo en tecnología avanzada.

En el sector energético, la OPEP+ informó que siete de sus miembros —incluyendo a Rusia, Irak y Kazajistán— presentaron nuevos planes de compensación por exceso de producción. Estas medidas implicarían recortes mensuales entre 189.000 y 435.000 barriles por día, extendiéndose hasta junio de 2026. Al mismo tiempo, EE.UU. está por extender la licencia que permite a Chevron operar en Venezuela más allá del 3 de abril, un movimiento que apunta a mantener una fuente clave de suministro global en medio de tensiones comerciales.

Desde Canadá, el gobernador del Banco de Canadá, Tiff Macklem, reafirmó su compromiso con una política monetaria flexible y prudente. A pesar de considerar que la economía canadiense logró un “aterrizaje suave”, advirtió que los aranceles estadounidenses podrían afectar los precios de la energía y la rentabilidad del sector exportador canadiense. El IPC de febrero no alteró su perspectiva, y el BoC sigue esperando una inflación en torno al 2,5 % en marzo. Macklem insistió en que la política debe evitar que los choques arancelarios se traduzcan en inflación sostenida y resaltó la necesidad de reaccionar con agilidad ante cambios abruptos del entorno.

En Europa, el Parlamento alemán aprobó una reforma de la deuda y un fondo extraordinario de 500.000 millones de euros, una medida con implicaciones fiscales significativas. Mientras tanto, los CTAs mantienen posiciones extremadamente largas en el DAX y Eurostoxx, en marcado contraste con los mercados estadounidenses. En Reino Unido, el Banco de Inglaterra mantuvo sin cambios su tipo de interés en 4,5 %, con ocho de los nueve miembros del Comité de Política Monetaria votando a favor de esta decisión. El gobernador Andrew Bailey indicó que las tasas están en una trayectoria de descenso gradual, aunque persisten incertidumbres económicas, incluyendo presiones laborales y energéticas.

El aeropuerto de Heathrow sufrió una interrupción masiva tras un incendio en una subestación eléctrica que dejó a más de 1.000 vuelos afectados y miles de hogares sin electricidad. Esta disrupción logística afecta directamente al comercio y al turismo, en un momento crítico para la economía británica. En el frente geopolítico, Zelenskiy anunció una reunión bilateral con EE.UU. en Arabia Saudí, mientras el Kremlin confirmó que también se reunirá con representantes estadounidenses en ese país el 24 de marzo. El asesor del FSB, Beseda, encabezará la delegación rusa.

Desde el BCE, figuras clave como Knot y Villeroy se mostraron abiertos a recortes en abril, aunque persiste gran incertidumbre sobre la dirección de la inflación. Lane reforzó la importancia del euro digital como herramienta de soberanía monetaria. Muller alertó sobre un riesgo al alza en la inflación derivado de los aranceles, y Centeno anticipó un crecimiento modesto para la eurozona. Al mismo tiempo, la Comisión Europea evalúa retrasar la imposición de contra aranceles a EE.UU. hasta mediados de abril.

En Asia, el Banco Popular de China recomendó aumentar la intensidad de la política monetaria, con planes de reducir el coeficiente de reservas obligatorias (RRR) y recortar tasas de interés en el momento oportuno. Esta postura acomodaticia contrasta con una caída significativa en las importaciones chinas de materias primas y automóviles estadounidenses, reflejo de una escalada en la guerra comercial. Japón, por su parte, enfrenta un ajuste profundo en sus hogares, que están recortando liquidez a un ritmo récord ante el impacto inflacionario. Aunque la inflación general bajó ligeramente al 3,7 % interanual en febrero, desde el 4 % de enero, la inflación subyacente permanece elevada en 3 %, por encima de las expectativas de Reuters.

Finalmente, Turquía sorprendió con un fuerte ajuste de su política monetaria, elevando su tipo de interés de préstamos a un día al 46 %, en un intento de contener presiones inflacionarias persistentes. En el Índice de Miedo y Avaricia, el sentimiento del mercado se ubicó en un nivel de 22/100, lo que indica una posición de “miedo extremo” por parte de los inversores, en línea con el contexto de alta incertidumbre, tensiones geopolíticas y creciente intervención política en las decisiones económicas globales.

La semana refleja una economía global en fase de realineamiento estratégico, donde los mercados financieros operan bajo la tensión combinada de incertidumbre macroeconómica, ajuste monetario asimétrico y presión geopolítica creciente. La postura agresiva de los CTAs en EE.UU., junto con la incertidumbre sobre los aranceles y una posible desaceleración del consumo, advierten sobre un posible retroceso en los índices si no hay señales claras de moderación inflacionaria o estímulo fiscal. Europa avanza con cautela entre reformas estructurales y margen limitado para estímulos, mientras Asia lidia con los efectos de la guerra comercial y la necesidad de sostener el crecimiento interno vía política monetaria expansiva. El sector corporativo, especialmente el tecnológico y energético, enfrenta reestructuraciones forzadas en medio de nuevos paradigmas operativos.

De cara al futuro, si EE.UU. mantiene su política arancelaria y no flexibiliza las condiciones monetarias, podríamos ver una corrección más profunda en renta variable, con impacto más marcado en tecnología y consumo. Un escenario de distensión arancelaria, acompañado de recortes de tasas moderados por parte de la Fed y una estabilización en el frente laboral, permitiría una recuperación técnica en los mercados para el segundo trimestre. En Europa, una extensión de los fondos fiscales combinada con una baja de tasas del BCE podría revitalizar el crédito y apuntalar la demanda interna. En Asia, China y Japón dependerán del éxito de sus estímulos monetarios para evitar una contracción más aguda. Si la tensión geopolítica en Medio Oriente escala, el precio del crudo podría presionar aún más la inflación global y obligar a los bancos centrales a mantener la cautela por más tiempo.