El inicio de un nuevo año viene acompañado de pronósticos sobre el nuevo ciclo económico y las oportunidades potenciales que traerá consigo en materia de inversiones. Sin duda, la volatilidad es una de las variables más seguidas pero, ¿Qué es exactamente y cuáles son sus implicaciones?
Por ejemplo, la volatilidad en los mercados financieros a menudo está estrechamente relacionada con las decisiones y comunicaciones del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) en los Estados Unidos. El FOMC, como parte de la Reserva Federal, juega un papel crucial en la formulación de políticas monetarias clave para la economía. Cuando emite declaraciones sobre las tasas de interés, proyecciones económicas o cambios en su postura política, los inversores reaccionan rápidamente, lo cual puede aumentar la volatilidad en los precios de los activos. En este sentido, las expectativas del mercado en torno a las decisiones del Comité Federal del Mercado Abierto, como el ajuste de tasas de interés o las perspectivas económicas, son analizadas de cerca, y cualquier sorpresa o cambio inesperado puede generar movimientos bruscos en los mercados financieros. Por lo tanto, la volatilidad a menudo refleja la sensibilidad de los inversores a sus acciones y comunicaciones. Resulta, por tanto, importante seguir de cerca sus decisiones para comprender y gestionar los riesgos en los mercados.
Espera un momento: ¿Qué es la volatilidad?
Simplificando podríamos decir que cuando utilizamos este concepto hacemos referencia a las fluctuaciones que se generan en los activos financieros y/o en las variables económicas. No obstante, constituye uno de los fenómenos más complejos y su evolución es producto de la fusión de diferentes factores al tiempo que puede generar diferentes tipos de efectos y consecuencias a nivel micro y macroeconómico. En un contexto de inversión, se trata de uno de los elementos más importantes. Comprender el alcance de sus implicaciones es determinante en tanto que nos facilita la previsión y la anticipación a los cambios, así como una respuesta eficaz ante posibles desafíos.
¿Cuáles son sus causas?
Algunos de los factores más comunes que influyen en la aparición de fluctuaciones son:
- Oscilaciones en las Tasas de Interés: La toma de decisiones de los bancos centrales en este sentido (e incluso los vaticinios que se generan de la evolución de estas tasas) puede tener una influencia importante dentro de los mercados y traducirse en volatilidad.
- Condicionantes geopolíticos: Los eventos y tensiones que se desencadenan a nivel internacional o los conflictos de naturaleza comercial pueden, especialmente si son de grandes dimensiones, generar un contexto de incertidumbre y dar pie a la volatilidad.
- Cambios dentro de los mercados de materias primas: Los cambios que se registran en materias primas como el oro o el petróleo pueden dar paso a cierta desestabilización, especialmente en aquellas regiones que presentan una dependencia más acusada de su exportación o, de forma indirecta, de la comercialización de sus derivados.
- Recesiones y crisis: La inestabilidad económica y/o la aparición de eventos imprevisibles (por ejemplo, crisis de gran escala o catástrofes naturales) pueden ser el punto de partida de un incremento de la volatilidad.
¿Qué impacto tiene en los mercados?
La volatilidad en sus diversas manifestaciones puede generar consecuencias directas e indirectas, en muchos casos, difíciles de gestionar. Algunas de las más frecuentes incluyen:
- Incremento de riesgos para los inversionistas: En cualquier contexto, la volatilidad hace que, inevitablemente, asciendan las probabilidades de registrar pérdidas en tanto que los activos ven alteradas sus trayectorias en el mercado, en muchos casos, de forma abrupta y en espacios de tiempo muy reducidos.
- Escenarios de oportunidades y riesgos en el ámbito del trading: Aunque la inestabilidad que caracteriza a la volatilidad puede ser una fuente de riesgo, no podemos pasar por alto que también supone la aparición de oportunidades para aquellos inversionistas especializados en el mundo del trading que ya cuentan con una amplia experiencia y tienen experiencia en extraer beneficios y rentabilidades cuando se producen este tipo de movimientos en los mercados. Por otra parte, a la hora de operar con CFD es importante tener presente que los riesgos pueden multiplicarse exponencialmente, en especial, debido al apalancamiento.
- Menor control durante los procesos de tasación: Los constantes movimientos de los precios dificultan la valoración de activos financieros. Como consecuencia, se pueden generar limitaciones importantes en los procesos de toma de decisiones, así como, indirectamente, una reducción de oportunidades estratégicas.
Como hemos podido comprobar, la volatilidad supone una variable esencial a la hora de estudiar las políticas monetarias. Entre otras cosas, puede dificultar la identificación o la definición de tasas de referencia estables prescritas por la banca central. Además, también supone ciertas restricciones a nivel de previsión y reacción reduciendo las herramientas de la banca central para diseñar una política monetaria consistente. No debemos pasar por alto que, a otro nivel, la volatilidad se refleja, en los tipos de cambio, como una pérdida de competitividad de las monedas en los mercados internacionales obstaculizando, por otra parte, los procesos involucrados en el control de la inflación.
En definitiva, la volatilidad como fenómeno es difícil de controlar y, en muchos casos, de prever. Sus cualidades hacen que obligue a las bancas centrales a afrontar desafíos importantes cuando de lo que se trata es de garantizar, en la medida de lo posible, la estabilidad financiera y monetaria.